OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Salvador Sostres: «Monedero tiene en la mirada la guillotina jacobina, la checa republicana, el gulag estalinista, el garrote y los campos de concentración»

Mayte Alcaraz asegura que la tapada de ZP para derrocar a Sánchez de la secretaría del PSOE no es Susana Díaz, sino Carme Chacón

Elogio de Ramoneda a Aznar: para éste "la política empieza por la palabra" y las ideas son fundamentales

Los columnistas están esta mañana del 22 de enero de 2015 como yo con mi tabaco subsahariano o como niños en la mañana de Reyes. ¡Conspiraciones en el PSOE!, ¡almuerzos secretos!, ¡puñaladas traperas!, ¡traiciones de leales! A la hora de comentar el almuerzo de Zapatero con Pablo Iglesias en casa de Bono, cada columnista da lo mejor de sí.

Por ejemplo, Abel Hernández (La Razón) se limita a ver esa reunión como una estrategia para preparar pactos entre el PSOE y Podemos.

Por lo que pueda pasar, Bono, Zapatero y otros barones socialistas tienden puentes con la nueva formación para intentar salvar los muebles del partido centenario. Se trata, al menos, de no perder la llave de los pactos, que se adivinan difíciles e imprescindibles en el futuro inmediato.

Raúl del Pozo (El Mundo) hace literatura y califica de antropofagia el comportamiento de los socialistas.

Estamos asistiendo en vivo y en directo a un acto de antropofagia: los del PSOE devoran a Pedro Sánchez al que eligieron líder. La ceremonia de canibalismo está alentada por Susana Díaz, que adereza la caldera donde se cuece el secretario general. Los viejos de la tribu participan en el sacrificio. Zapatero, espejo de expresidentes, sigue activo en la lucha interna de su partido, hasta el punto de que ha declarado a la gran mujer de la radio, Pepa Bueno, que Susana Díaz tiene capacidad para gobernar lo que le pongan por delante porque es una política de gran solvencia, la mejor que hay en España.

Pero la mejor columna sobre la conspiración de mantel es la escrita por Arcadi Espada (El Mundo). Para él, el PSOE está condenado a ser fagocitado por Podemos, porque fue Zapatero el que engendró a éste. Zapatero es el padre político del Coletas.

El rasgo más destacado de Zapatero, por encima incluso de su pasión literaria, ha sido siempre la frivolidad. Fue el frívolo Zapatero el que les dijo a los nacionalistas: «Aceptaré el Estatuto que salga de vuestro Parlamento». Fue su frivolidad en el gasto lo que agravó la crisis y lo que le impidió verla, salvo cuando ya le había derribado. Fue su frivolidad la que llevó las relaciones entre España y Estados Unidos a un nivel glacial. Y es su frivolidad la que le lleva a reunirse con el peor enemigo político del fragilísimo Pedro Sánchez, sin tan siquiera informarle. Pero no solo la frivolidad.

En realidad aún es más principal la razón de que Zapatero eligió verse, al fin y al cabo, con su verdadero hijo político. La madre de Podéis es la crisis. Pero el padre es el ex presidente. El proceso constituyente que hoy invoca Podéis fue abierto por Zapatero con su impugnación moral y política de la Transición, que tuvo muchas aristas tácitas y llegó a concretarse en la ley, desdichada e inútil (y frívola) de la Memoria Histórica. Es probable que cuando Zapatero aluda al carácter personal de ese encuentro con Iglesias solo se trate de una eufemística síntesis de esto esencial: Pablo vino a agradecerme mi papel pionero en la desarticulación del Estado y de la propia Política.

Es tan brillante que dejo que el café se me enfríe mientras releo los párrafos.

Isabel San Sebastián (ABC) resume la sorpresa de esta reunión con menos profundidad que Espada, pero igual dureza.

Dos maestros de la ocurrencia reunidos frente a frente. La mayor amenaza política a la formación que dirige, la peor de sus pesadillas, en amable y distendida charla con el hombre que, desde el Gobierno, arruinó al país con sus políticas y hundió en la miseria al PSOE. Con «amigos» como ZP es evidente que Sánchez no necesita adversarios. Tampoco Díaz, por cierto. Hay bocas cuyos elogios pueden resultar letales.

LOS ABUELOS DE LA TRANSICIÓN APOYAN A SÁNCHEZ

Los abuelos de la Transición, que llevan varias semanas lamentando la bronca en el PSOE, ese partido tan simpático, el de los GAL, la corrupción, el «España no se merece un Gobierno que miente», el de OTAN no, OTAN sí, el de la persecución del periodismo independiente, ahora piden a los socialistas que dejen de suicidarse y apoyen a Pedro Sánchez.

El más claro es Fernando Ónega (La Vanguardia), con su estilo jabonoso.

Si todo lo que se dice sobre el Partido Socialista Obrero Español fuese cierto, estaríamos asistiendo en directo al suicidio de una gran fuerza política.

Hoy me quiero detener en la asediada figura de Pedro Sánchez. Ha cometido errores de libro. Ofreció síntomas de ingenuidad, más que de inmadurez. Tiene un discurso de palabras bonitas y fáciles, pero no consigue definir su proyecto socialdemócrata o de país. (…) Pero, diablos, lo quieren apear. Lleva medio año de secretario general y está sometido a una censura feroz.

Desde el respeto a una fuerza política a la que debemos gran parte de la modernización de España, sólo una pregunta a quienes siegan la hierba bajo los pies de Sánchez: ¿les parece razonable o suicida este espectáculo en año electoral?

Victoria Prego (El Mundo) también ondea ante los socialistas las fotografías de hace 30 años.

Este año que acaba de empezar está cuajado de convocatorias electorales, en todas las cuales el PSOE se juega algo decisivo, que se ganó al comienzo de la democracia pero que está en riesgo de perder precisamente ahora: el liderazgo de la izqueirda española.

Ya no hay tiempo para los socialistas más que para cerrar sus filas, apoyar a su secretario general y ayudarle a que encuentre el discurso y el tono que eviten el desastre que les espera si continúan deshojando la margarita mientras la tormenta estalla sobre sus cabezas.

Por el contrario, José Oneto (Republica.com) apuesta por Susana Díaz.

La situación es que un adelanto electoral en Andalucía, donde Susana Díaz se juega todo, en tanto que un fracaso electoral, es el final de su liderazgo y del protagonismo socialista en Andalucía, que dura ya más de treinta años, no solo cambia todo el mapa electoral, sino el futuro del principal partido de la oposición, que, o se hunde definitivamente, o por el contrario, sirve de plataforma para el salto de la Presidenta andaluza a la política nacional, y a la candidatura a la Presidencia del Gobierno de España, aunque ella insista en que su futuro está por el momento en Andalucía.

Es verdad que Pedro Sánchez no ha elegido el mejor equipo, que ese equipo le ha alejado de muchos sectores del partido que habían apostado por el nuevo secretario general sin ningún tipo de fisuras, y que dentro de su equipo tiene miembros que están planteando una clara batalla contra él, en una guerra que puede terminar con el partido.

Ahora, el futuro de todo está en manos de Susana Díaz.

Y Pablo Sebastián cree que Sánchez está ya quemado.

La imagen de Pedro Sánchez huyendo de los periodistas en los pasillos del Congreso de los Diputados para no tener que responder a preguntas sobre el encuentro secreto de Zapatero con Iglesias en casa de Pepe Bono, y con la excusa de ‘no quiero contribuir al ruido’ era sencillamente patética.

El líder del PSOE se debió parar y criticar dicho encuentro por la confusión y el daño que le ha hecho a él y al Partido Socialista, como lo insinuó alguno de sus colaboradores (Juan Moscoso). Pero Pedro Sánchez está desbordado y no consigue tener el control del PSOE. Y lo que es peor, está sufriendo la mofa de parte de los suyos y de los medios

Añade que «la ambiciosa Susana» tiene el apoyo de los poderes fácticos (volvemos a la Transición) para dirigir el PSOE. Su plan es

Adelantar las elecciones de Andalucía -lo que podría anunciar en los próximos días- para derrotar a Podemos y al PP en el Sur y, con esos avales, acudir luego a las primarias del PSOE con vistas a las elecciones generales de finales de año.

Eso es, además, lo que ciertos poderes económicos y los fácticos del país consideran bueno para ‘la estabilidad política nacional’, en un tiempo en el que no se vislumbran grandes mayorías de gobiernos en ninguno de los niveles de la Administración. Ni en los ayuntamientos, las autonomías o en el gobierno central.

Sin embargo, Mayte Alcaraz (ABC) cree que la secretaría general del PSOE puede terminar en manos de otra persona, ni Sánchez ni Díaz: Chacón. También cuenta que Sánchez supo del almuerzo el 7 de enero.

Cuando el 7 de enero, horas después de que dos terroristas islamistas asesinasen a doce personas en el semanario satírico «Charlie Hebdo», en París, un grupo de políticos y periodistas se concentraba ante la Embajada de Francia en Madrid, Sánchez ya conocía que sus compañeros habían reabierto las hostilidades contra él, nada menos que dando carta blanca a sus enemigos en las urnas. Y de forma secreta. Como sabía de la traición, la cara desmadejada de Pedro Sánchez aquel día era un poema. La frialdad con Zapatero fue más que evidente. Sin embargo, el exjefe del Gobierno sí intercambió cierta cordialidad con Juan Carlos Monedero, conocedor del encuentro secreto de su amigo y jefe Pablo Iglesias con los exresponsables socialistas.

Ahora, Sánchez sabe que su enemiga no es solo Susana Díaz. Porque a quien de verdad defiende Zapatero es a Carme Chacón. Dicen que la tapada para acabar con el secretario general.

REVERTE RECUERDA LA ‘MATANZA DE ATOCHA’ FRENTE AL REVISIONISMO

Cuando llego a la columna de Salvador Sostres, ‘El demonio’, me pregunto si no me habré equivocado y habré echado coñac al café en vez de leche. Menudo palo le atiza a Juan Carlos Monedero.

Monedero es la raíz del resentimiento y su cara transmite rabia y devastación. Sus facturas ficticias son una broma al lado del daño que podría hacer si tuviera poder. El demonio existe, y a diferencia del Paraíso, que sólo puede darse en cielo a la derecha -sí, a la derecha- de Dios Padre, la Tierra puede albergarcualquier dolor.

Monedero tiene en la mirada la guillotina jacobina, la checa republicana, el gulag estalinista, el garrote y los campos de concentración. Todas las formas de miseria y muerte en su máximo esplendor. Y hasta cuando se ríe hace pensar que el mal forma parte de nuestras vidas y que no podemos hacer nada por evitarlo.

Ni mi abuela hablaba así de La Pasionaria.

Como Jorge Martínez Reverte no cree en el demonio, recurre a la memoria para atacar el revisionismo histórico de Podemos: el asesinato de cinco abogados vinculados a las entonces ilegales CCOO por pistoleros de extrema derecha, del que el sábado 24 se cumplirán 38 años.

Atocha olía entonces a trabajador del metal y de la construcción. Y olía a comunista. En aquel piso del número 49, los fascistas dieron sin quererlo la gran oportunidad para que la hoy denostada Transición se pudiera acometer con éxito.

¿Cómo se puede decir, si uno es un bien nacido, que aquello fue un pacto de élites? ¿Cómo se puede decir eso de un proceso que se cimentó en la sangre de toda aquella gente?

SÁNCHEZ Y RAHOLA ACUSAN A LOS JUECES DE PREVARICAR

Han regresado las sesiones de control al Gobierno en el Congreso y el ABC vuelve a mandar a David Gistau a seguirlas. Éste concluye su crónica acusando a Pedro Sánchez de atribuir a los jueces que han permitido la libertad bajo fianza de Bárcenas un delito de prevaricaicón.

Sánchez, sobre quien impactó incluso una broma de la vicepresidenta acerca de sus problemas de orientación al volante, utilizó el comodín de Bárcenas. «Lo clavó cuando le dijo «Sé fuerte»», espetó a Rajoy, alimentando la teoría de la excarcelación pactada sin reparar en que en ese instante insinuó un delito de prevaricación de los magistrados.

Pilar Rahola (La Vanguardia) se apunta a la teoría de la prevaricación.

Todo apunta al pacto, especialmente en un país donde la promiscuidad entre lo político y lo judicial bate récords europeos. De hecho, no sería novedoso, porque servidora, que estuvo en la comisión Roldán, siempre creyó -en mi malpensar impenitente- que el otro Luis, el socialista, había pactado con el partido aquello de «me paso un tiempo en la cárcel y no me tocáis el dinero». Está en la calle, nunca devolvió el dinero y nadie se acuerda del escándalo. ¿Será Bárcenas otro Roldán? A estas alturas, todo apunta en esa apestosa dirección.

¡Pero si tu biografiado Artur Mas, querida Pilar, se pasa la Constitución, las resoluciones del Tribunal Constitucional y las sentencias del Supremo por el arco del triunfo!

Ignacio Camacho (ABC) tiene que explicar las cosas obvias: la prisión preventiva es excepcional y tiene unos fines tasados en las leyes.

La mayoría de los españoles ignoran que la prisión preventiva no es un adelanto de la pena, menos aún de la pena que no se ha sentenciado, y nadie ha hecho el menor esfuerzo por explicárselo. Da igual que el «tesorero infiel» todavía no esté condenado: la justicia de barra de bar, que ahora se expresa en las redes sociales, ha emitido el habitual veredicto de culpabilidad anticipada. (…) no se trata de una cuestión política, sino de derecho y de derechos: es esa la diferencia que nos distingue de, pongamos por caso, la Venezuela a la que algunos pretenden asimilarnos.

Y concluye con un aviso a la nueva campaña de demagogia del PSOE, que en los años 80, con Fernando Ledesma como ministro de Justicia, aseguraba que la prisión preventiva tenía que ser reducida al mínimo.

Que la calle no lo entienda es consecuencia de un fracaso pedagógico. Pero que ciertos dirigentes extiendan adrede la confusión para sacar ventaja representa una perversión ética que tal vez termine quemándolos a ellos en la hoguera de una ira social inflamada.

Del tesorero del PP, al presidente del partido. En la columna ‘Salvar a Rajoy’ de Josep Ramoneda encuentro las razones por las que la izquierda formada por el PSOE y El País detesta a José María Aznar: porque les disputó la hegemonía intelectual.

Aznar ha estado siempre convencido de que la política empieza por la palabra y la batalla de las ideas es fundamental. Aznar fue quien consiguió para la derecha el regreso al poder, la hegemonía ideológica, la recuperación de la autoestima. (…) Los años de Zapatero no doblaron la hegemonía neoconservadora instalada por Aznar: competitividad y meritocracia siguen siendo los tópicos del momento. Es más, incorporaron al PSOE a la causa.

ALBIAC ESCRIBE SOBRE LA MUERTE Y EL PERONISMO

A Gabriel Albiac (ABC) la muerte del fiscal Nisman le sirve para rastrear las raíces violentas del peronismo.

Matar no es una cosa que espante a un peronista. De la tradición fascista italiana, a la cual tomó prestado Juan Domingo Perón su modelo, importaron los piqueteros y descamisados de Evita que aquel que no es amigo es enemigo, y que al enemigo, bala. La muerte hace uno con la historia del peronismo.

Nisman iba a comparecer ante el Congreso. Para inculpar a la Intocable. Murió unas horas antes. Tiro en la sien. Manos sin huella de pólvora. « Los peronistas no son ni buenos ni malos; son incorregibles». Es tan solo un fulgor malévolo de Borges.

César Vidal (La Razón) se deja de historias y se fija en el consejo de los policías veteranos: a quién beneficia la oportuna muerte.

Todo tembló cuando el fiscal Nisman anunció que Cristina Fernández de Kirchner había llegado a un acuerdo secreto con la dictadura iraní en el que, junto con el intercambio de petróleo iraní por carne y granos argentinos, se pactaba que los iraníes no serían perseguidos por el atentado de la MIA. El lunes 19 de enero, Nisman debía haber comparecido ante el Congreso para presentar las pruebas. Horas antes apareció muerto en su casa. Cuesta no ver tras el hecho la larga mano del terrorismo.

Le habría dado a Luis María Anson el premio a la columna ridícula del día por su lametazo a José Antonio Vera, presidente de la agencia Efe y antes criatura ansoniana en ABC y La Razón, hasta el punto de que hace creer a los demás que Vera consiguió de Rajoy la entrevista, en vez de ser éste el que la concendió graciosamente.

La entrevista que le ha hecho a Mariano Rajoy ha dado la vuelta al mundo. En España, salvo algunas excepciones de envidiosos y reticentes, los periódicos se han hecho eco destacado de la profesionalidad de Vera al realizar la entrevista: ni genuflexiones ni ocultaciones ni concesiones.

Bien por Vera. Se ha apuntado el scoop de hacer una entrevista anticipadora a Rajoy, acosado en este año por elecciones autonómicas, municipales y generales. Y por añadidura, elecciones catalanas, en abierto desafío a la Constitución.

Pero prefiero dársela al tribuna pergeñada por el jesuita Jaume Flaquer García (El País), en que califica así a los bárbaros del Estado Islámico:

La barbarie neo-fascista practicada por el Estado Islámico

No me sorprende que el Papa Francisco llame «conejas» a las madres de familia numerosa con semejantes curas. El fascismo es fruto político de la modernidad y el laicismo europeos, mientras que el Estado Islámico se remonta al fanatismo rigorista del islam que encarnaron, por ejemplo, los almohades y los almorávides.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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