La muerte por infarto de un mantero senegalés en el barrio madrileño de Lavapiés el 15 de marzo de 2018 ha dado pie a toda una serie de bulos creados por Podemos para poder arremeter a diestro y siniestro contra la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Las tribunas y editoriales de la prensa de papel de este 17 de marzo de 2018 dejan al partido de Iglesias a la mismísima altura del betún y dejan al descubierto las costuras de una formación que no tiene empacho en echarse en los brazos de los violentos con tal de poder sacar provecho político.
Bieito Rubido, en su billete de ABC, critica las mentiras que Podemos está propagando en torno a la muerte por infarto de un inmigrante senegalés en Madrid:
Los incidentes de Lavapiés son un buen ejemplo de lo que representa en la sociedad actual el fenómeno de las noticias falsas. Los contenidos basuras existen porque mucha gente los consume y hasta se alegra de ellos, cuando no trata de sacar un rédito, como está intentado hacerlo Podemos con la muerte por infarto de un pobre inmigrante al que la Policía de este civilizado y acogedor país, llamado España, trata de socorrer sin éxito. Todo lo demás es pura mentira. Pero hay quien cabalga a sus lomos.
El editorial de ABC es claro y contundente y demuestra una vez más que Podemos no tiene problemas en echarse en brazos de los más radicales:
El mayor problema que representa esta izquierda antisistema es que cuenta con el apoyo político de partidos como Podemos y de instituciones como el Ayuntamiento de Madrid, incapaz de respaldar a su propia Policía Local frente a las agresiones de una turba extremadamente peligrosa. El nivel de daños en mobiliario urbano, coches y locales comerciales y bancarios demuestra la brutalidad de unas protestas sin más justificación que el deseo de extender el miedo. Los mensajes de los grupos afines a Podemos y de este mismo partido han vuelto a inscribirse en su discurso de comprensión y apoyo a la violencia contra la Policía, en coherencia con su adhesión a los matones proetarras de Alsasua o delincuentes como Andrés Bódalo y Alfon.
Luis Ventoso destaca las burdas mentiras vertidas en torno a la muerte del senegalés Mmame Mbaye:
En la agitación de Lavapiés hemos vivido el enésimo ejemplo de coces contra la realidad. A las 5.30 de la tarde, un inmigrante senegalés con una dolencia congénita sufre un infarto mientras volvía a su casa caminando junto a un amigo. Una pareja de policías lo socorre y le practica las maniobras de reanimación. Luego llegan en su auxilio más agentes y el Samur. Desgraciadamente Mmame Mbaye muere. ¿Lectura del podemismo? Espinar, senador y secretario de Podemos en Madrid, proclama que «España no ha estado a la altura de los derechos humanos» (?). Rommy Arce, una antisistema venida de Perú que es concejal con Carmena, achaca la muerte del senegalés al «racismo institucional» español. Su compañero Castaño, el edil que lleva la Economía municipal, concuerda con ella: la culpa del óbito es del capitalismo (!). La Sexta y Cuatro arden todo el día, dando voz a falacias como que al senegalés lo mató la Policía, o a bulos como que hubo un segundo muerto y que los agentes iniciaron el brote de violencia, en realidad provocado por antisistemas -blancos y cortejados por Podemos- llegados de toda la ciudad.
El País culpa a los antisistemas de pillar la ocasión al vuelo del cantero muerto para liarla, pero también le mete un buen palo a Podemos por ir directamente contra la policía:
Oportunistas han sido también las proclamas de Ganemos -plataforma integrada en Ahora Madrid- y de dirigentes de Podemos que se apresuraron a culpar a la policía local. Se ha echado en falta también un gesto de apoyo al cuerpo por parte de sus jefes políticos en el Ayuntamiento de Madrid. El restablecimiento de la calma debe ser la primera condición si de verdad existe una voluntad de aclarar los hechos.
La Razón recuerda a los oportunistas de Podemos la situación en la que se encontraba Mbaye en España, pero curiosamente nadie le dio una oportunidad:
Podemos ha encontrado un filón y no importa que esté basado en una mentira porque en ese ‘fake’ constante se sustenta toda su estrategia política. Lo grave es que la primera responsable de la ciudad, Manuel Carmena, no haya asumido el mando de esta situación y ponga por delante de sus intereses políticos, ya no la verdad de los hechos -que Mbaye murió por un infarto y no por haber sido reprimido por la Policía-, sino al conjunto de los madrileños, que asisten perplejos ante el espectáculo de ver cómo su ciudad se pone al servicio de un grupo de antisistemas. Mmame Mbaye saltó la valla de Melilla hace 14 años. No tenía papeles. Buscaba un futuro mejor, pero los que ahora usan la violencia en su nombre no tenían nada que ofrecerle.
El Mundo tiene claro que se ha intentado utilizar la muerte del mantero por parte de Podemos para sacar rédito político:
Resultan injustificables las acusaciones formuladas por parte de algunos dirigentes de Podemos o de varias ONG, que han llegado a denunciar una violación de los derechos humanos, blandiendo infames mantras populistas como «brutalidad policial» y «racismo institucional». La alcaldesa Carmena, desde París, publicó un tuit el jueves por la noche en el que se le olvidó hacer un llamamiento a la calma y anunció una investigación, ya que la versión de algunos vecinos y los compatriotas del joven senegalés señalaba directamente a los agentes.
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