Pedro Sánchez, que esta como loco por entrar de inquilino en La Moncloa -aunque sea unos días- está ofreciendo a Albert Rivera el oro y el moro, para que le preste los diputados de Ciudadanos y sacar adelante su moción de censura a Rajoy.
El líder del PSOE propone un Gobierno socialista transitorio si prospera su moción de censura que convocaría elecciones en «unos meses«, pero cuya duración dependería de la estabilidad del país.
El PSOE no ha decidido aún en qué plazo llamaría a las urnas pero no agotaría la legislatura ni trataría de aprobar unos Presupuestos.
Sánchez irá hasta el final y ni retirará la moción ni negociará con ningún partido su voto.
Aunque Mariano Rajoy supere la moción, ya no contará con su apoyo. Los barones, preocupados por el posible respaldo secesionista.
LOS COLUMNISTAS
Moción de censura. Esta es la expresión que este 26 de mayo de 2018 domina en las editoriales y tribunas de la prensa de papel. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, vuelve a anteponer sus intereses personales y no le importa romper España uniéndose a los separatistas con tal de alcanzar el poder en La Moncloa y, claro está, en los diarios le cae la del pulpo, pero también al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que supo ponerse de perfil para no dar la cara y no tener que pronunciarse sobre la iniciativa de los socialistas.
El editorial del ABC es muy claro en ese aspecto, si Sánchez llega al poder con los apoyos de los separatistas, el PSOE lo acabará pagando caro en las siguientes elecciones:
El precio que asume el PSOE para intentar relanzar a Sánchez es excesivo: poner la recuperación económica en el alero, alimentar la desconfianza de los países aliados y debilitar la solidez de las instituciones frente al separatismo. La aprobación de los Presupuestos Generales del Estado fue para los socialistas un logro inaceptable. La previsible sentencia de dos magistrados de la Audiencia Nacional se ha presentado como la coartada necesaria para intentar recuperar el protagonismo que los ciudadanos han negado a Sánchez por dos veces en las urnas. El principal problema de España hoy es la unidad nacional y Sánchez ayer la debilitó. Lo pagará en las próximas elecciones, que podrían llegar pronto, porque el reto de Rajoy de completar la legislatura es posible, pero a estas horas harto complicado.
Luis Ventoso se pregunta por la postura de Albert Rivera, ese locuaz líder de Ciudadanos que ayer, 25 de mayo de 2018, mantuvo un más que sospechoso silencio:
El hombre que todo lo sabe y pontifica cada día, Rivera, guardó silencio táctico en una hora crítica y privó a los españoles de la postura exacta de su partido, que una vez más se pone de canto.
Ignacio Camacho cree que al jefe de filas de Ciudadanos le gustaría repetir a escala nacional lo que ya consiguió en Murcia y en Madrid:
Quizá le gustaría repetir a escala nacional las operaciones de Madrid y Murcia, donde forzó al PP a cortar las cabezas que no quería entregarle, pero le faltan para ello dos detalles: el primero, que el centro-derecha no suma mayoría en el Congreso y el segundo, que el presidente no está dispuesto a inmolarse.
El editorial de El País le echa un jarro de agua fría a Pedro Sánchez y es partidario de que se convoquen elecciones anticipadas lo más pronto posible:
Llegados a este momento, lo menos lesivo para la estabilidad política y económica es forzar un adelanto electoral lo antes posible. Es prematuro pronunciarse sobre el mejor instrumento para alcanzar ese fin, pero lo que es seguro es que las principales fuerzas políticas deberían ser capaces de llegar a un acuerdo sobre ello. La atomización parlamentaria y la concurrencia de partidos que han apostado por la independencia unilateral a costa de vulnerar las leyes son elementos que dificultan la toma de decisiones. Hacer concesiones a los secesionistas es cruzar una línea roja. Pero es necesario pensar en una mayoría capaz de obligar a Rajoy a consultar a los ciudadanos. La Bolsa y la prima de riesgo ya alertaron ayer sobre el peligro de mantener la incertidumbre política.
La Razón considera que el PSOE lanza esta moción de censura no tanto para perjudicar al PP (que en el fondo después del veredicto de la Gürtel más no puede estarlo), sino para intentar parar el ascenso de votos de Ciudadanos:
La moción de censura que ayer registró el grupo socialista vuelve a incurrir en los mismos errores izquierdistas: utilizar el Parlamento como una mera caja de resonancia. Se reproduce la misma tendencia de entender este instrumento como una plataforma para sacar brillo a un liderazgo cada vez más opaco y hacerlo no tanto para perjudicar al inquilino de La Moncloa -que sin duda no pasa su mejor momento tras la crisis desatada por la sentencia de Gürtel-, sino a quien le está restando votos: el partido Ciudadanos de Albert Rivera, al único que le interesa en estos momentos celebrar elecciones.
El editorial de El Mundo reclama a Rajoy negociar con Pedro Sánchez y que, a cambio de retirar la moción de censura, se proceda a la celebración de unas elecciones anticipadas. Viendo los tiempos, estas podrían incluso caer a finales de julio o ya para la vuelta de las vacaciones de agosto:
Aún puede el Gobierno tomar la iniciativa y propiciar la convocatoria de elecciones generales pactando antes con Pedro Sánchez la retirada de la moción de censura. Es la opción más sensata de las posibles y que evitaría el espectáculo de tener un Parlamento y un Gobierno con las manos atadas. Unas elecciones anticipadas que pongan fin a una legislatura ya agotada pueden devolver la legitimidad al Gobierno y a su presidente, no sólo ante los ciudadanos, sino ante nuestros socios europeos, que ven con preocupación un nuevo foco de desestabilización institucional en la UE tras la formación de un gobierno inesperado e incierto en Italia.