Carles Francino ha compartido el relato de su experiencia en primera persona del infierno del coronavirus, que le ha tenido mes y medio alejado de los micrófonos y le obligó a estar ingresado en el hospital.
El presentador de ‘La Ventana‘ ha querido concienciar a los oyentes que «este puñetero virus» puede atacar a todos, en un intento de concienciación tras las alarmantes imágenes vistas este fin de semana en las calles de Madrid, Barcelona y otras ciudades españolas tras el fin del toque de queda.
«Es curioso. Llevo más de 40 años ejerciendo de periodista y como es obvio en ese tiempo he vivido muchos momentos singulares: emotivos, emocionantes, históricos, tristes, alegres… De todo, porque de todo hay en la vida, pero sinceramente no recuerdo uno tan especial como el de hoy», arrancaba su alocución el locutor catalán, este lunes 10 de mayo de 2021.
«No recuerdo un momento tan especial como el de hoy. La radio es compartir. No es que yo haya vivido algo diferente a lo de miles y miles de familias, pero como tengo un pequeño altavoz, a ver si contándolo, y reflexionar al respecto, le sirve a alguien»
«Hace 47 días me dijeron que me tenía que marchar de la radio porque había estado en contacto estrecho con un positivo. Me fui a casa. Este puñetero virus no atiende a razones. A los cinco días de dar positivo tuve que ingresar en la Jiménez Díaz con fiebre muy alta, el ánimo bajito y el oxigeno muy bajo».
Con la voz entrecortada y las lágrimas a punto de hacer aparición, Francino continuó: «Las pasé canutas, donde los indicadores eran muy bajos, incluido un ictus del que parece que no me ha quedado ninguna secuela. Perdí la voz, me asusté, pero yo he salido, en cambio el contacto (se quiebra) estrecho, que es un familiar muy próximo, murió el 12 de abril. Y otro se recupera muy lentamente».
El locutor de la SER quiso hacer un llamamiento a la responsabilidad tras la masiva concentración de jóvenes y no tan jóvenes en la noche de este sábado 8 de mayo de 2021, día en el que finalizaba en España el Estado de alarma:
¿Cómo no van a cabrearse Laura enfermera, o Alejandro enfermero, dos de los que me atendieron a mí… cómo no van a cabrearse viendo lo que se ha visto este fin de semana? Que en la UCI del clínico de Madrid se escuchara el ruido del botellón en la calle, la verdad es que no tiene nombre. No voy a entrar en análisis políticos, ni en decodificar resultados electorales, que cada uno vote a quien le da la gana. ¡Faltaría más! Pero sólo digo una cosa: el covid ha afectado a mucha gente, a muchísima, pero a otra mucha no. Y tengo la sensación de que en ese segundo colectivo, mayoritario por suerte, las alusiones a muertos, a contagiados, a hospitalizados… pues como que ya sobran, molestan, ¿no? Sólo así se explican algunos comportamientos