Madrid acoge este sábado la II Feria de Importadoras de Comercio Justo, en la que se expondrán los nuevos artículos para la próxima temporada, como la Bio-Cola, un refresco ecológico con sabor a cola.
La muestra, que está dirigida a tiendas especializadas y comercios interesados en vender este tipo de artículos solidarios, ofrece más de 2.000 productos en el Centro Dotacional Integrado de Arganzuela.
Además de la Bio-Cola, también se podrán degustar barritas de cereales elaborados con ingredientes de países como Sudáfrica, Chile o Pakistán.
Asimismo, se darán a conocer dos variedades de café aromatizados a la canela y a la vainilla, cuyos granos proceden de México, Nicaragua, Brasil y Perú.
Por otra parte, se expondrá una selección de artículos de escritorio y papelería hechos con madera certificada de Honduras, unos originales bolsos confeccionados por mujeres de Filipinas a partir de envases de zumo, y broches artesanales de tela y lana elaborados por mujeres indias. También se puede comprar un detergente fabricado con las frutas del llamado �árbol del jabón�, que crece en Nepal.
Estos artículos han sido importados desde América Latina, África y Asia hasta España por ocho organizaciones: Alternativa 3, Copade, EquiMercado, Fundación Vicente Ferrer, Ideas, Intermón Oxfam, Mercadeco y Taller de Solidaridad.
La labor de estas organizaciones consiste en hacer de intermediarios entre los grupos productores del sur y las tiendas de España. Contactan con dichos colectivos, compran sus productos a un precio digno y establecido de común acuerdo, los transportan y envasan y, finalmente, los ponen a disposición de los comercios.
La II Feria de Comercio Justo se completa con un programa paralelo de conferencias en las que se aportará información sobre los productos, los grupos que los elaboran y cómo el comercio justo mejora su calidad de vida.
El comercio justo, afirman los organizadores de la feria, «es una alternativa comercial solidaria que favorece el desarrollo sostenible, ya que asegura salarios dignos y condiciones laborales adecuadas para los productores/as, respeta la igualdad de género y garantiza la protección del medio ambiente en sus procesos de fabricación y la no explotación infantil».
