50 minutazos de entrevista al líder de Podemos, Pablo Iglesias, en ‘laSexta Noche’ y, por supuesto, un masaje en toda regla. Con el trío de la casa, Iñaki López, María Llapart e Hilario Pino, difícilmente iba a verse una cuestión complicada. Todo fueron balones a los pies del secretario general de la formación morada para que rematase a puerta vacía y se hinchase a meter goles.
Pero, qué dureza de entrevista se puede esperar si en un determinado momento, a cuestiones de Hilario Pino o María Llapart, la respuesta de Iglesias fue esta:
Me alegro que me hagas esa pregunta.
Gran parte de la entrevista versó sobre la sentencia del Supremo sobre ese polémico impuesto de actos jurídicos documentados, eso sí, cuidadano muy mucho no tocar lo relevante a la beneficiosa hipoteca otorgada al líder de Podemos.
Por supuesto, con la sentencia también calentita, recién salida del horno, que condena a un juez a pagar 50.000 euros y a la revista Francisco de Vitoria otros 20.000 a la pareja de Iglesias, Irene Montero, a cuenta de un poema satírico, el político morado aprovechó para meterse con los periodistas Alfonso Rojo y Hermann Tertsch y, de paso, retorcer el uso de la libertad de expresión hasta extremos kafkianos y sin que Iñaki López y sus mariachis repreguntasen al podemita:
Creo que es clave que todo el mundo entienda lo que es una demanda civil. Si un juez en ejercicio, desde una revista de los jueces insulta de esa manera a una mujer, yo creo que ese juez no tiene que ir a la cárcel, no le tiene que juzgar la Audiencia Nacional como a Valtonyc. El comportamiento de ese señor no puede implicar jamás una pena de prisión, pero creo que las mujeres en este país tienen derecho a defender su honorabilidad.
Añadía, sin cortapisa alguna que:
Hago un comentario que me parece muy llamativo. Yo demandé al señor Alfonso Rojo porque en este plató me llamó chorizo y el Tribunal Supremo me dio la razón y me indemnizó.
Eso sí, el ladino de Iglesias olvida que el caso está en el Tribunal de Estrasburgo, así que difícilmente ha podido existir tal indemenización. Pero el proseguía con su matraca:
Mi padre demandó al señor Hermann Tertsch porque llamó a mi abuelo asesino y un tribunal le dio la razón y tendrá que ser indemnizado. Sin embargo, cuando somos hombres los demandantes no se genera ninguna polémica y cuando un juez en ejercicio llama puta a Irene Montero de repente se monta un escándalo por la libertad de expresión.
En este punto, y siendo Llapart la que hizo la cuestión, debería de haber saltado y recordarle, sin ir más lejos, lo que Iglesias dijo sobre Mariló Montero. Pero la segunda de Ferreras prefirió quedarse callada como una puerta:
Las mujeres lo tienen siempre más difícil en este país y que la libertad de expresión en este país, que es fundamental y es una vergüenza que la Audiencia Nacional juzgue a titiriteros, a raperos o a tuiteros mientras el terrorista de Cataluña que parece que quería matar al presidente no sea objeto de investigación por la Audiencia Nacional, eso, la libertad de expresión tiene que ser compatible con que las mujeres en este país defiendan su honor. Y pondré un ejemplo, si alguien dijera que una periodista en un medio de comunicación está prosperando profesionalmente por quien es su pareja, esa persona podrá dejarlo pasar, pero si no quiere dejarlo pasar yo creo que tendría todo su derecho, a través de una demanda civil entre particulares, a restituir su honor porque las mujeres siempre lo tienen más difícil.
Por supuesto, también se la dejaron botando la cuestión para arremeter a placer contra el rey Felipe VI y dejó esta perla para el mármol:
Yo pregunto por qué los españoles necesitan en 2018 que a la jefatura del Estado se llegue por fecundación y no por unas elecciones.
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72