Fernando Simón traga saliva cuando Jordi Évole, que le ha entrevistado para su programa en una conversación que se podrá ver el próximo domingo 14 de marzo, dese saber si es de izquierdas o de derechas.
«¿Es usted de izquierdas o de derechas?», le pregunta el presentador de ‘Lo de Évole’, en un avance que ha emitido laSexta. «¿Tengo que decirlo?», se oye decir al médico epidemiólogo.
El Director del Centro de Coordinación de Emergencias de Sanidad es uno de los rostros de esta crisis del coronavirus. Tras haber eludido conceder entrevistas puramente informativas, prefiriendo aparecer en programas como el de Jesús Calleja (‘Planeta Calleja’) o en conversaciones con ‘youtubers’, por fin en esta ocasión se sentará a hablar de la actualidad y de su gestión con Évole.
Y el próximo domingo: Año 1 con Fernando Simón. pic.twitter.com/EQQEBjxsTq
— Lo de Évole (@LoDeEvole) March 7, 2021
Fernando Simón, abrasado por sus polémicas
A la espera de lo que dé de sí la entrevista en ‘Lo de Évole’, Simón ha acabado achicharrado una crisis que aún no ha finalizado. Y todo hay que decirlo, aparte de por la gravedad de la situación, por las polémicas que él mismo ha generado.
La penúltima vino a cuenta del 8M, a cuyas manifestaciones recomendó ir el año pasado a su propio hijo, y la Semana Santa del año presente.
No es de extrañar que al Gobierno socialcomunista le venga muy bien tener a Fernando Simón como portavoz sanitario.
El epidemiólogo aragonés, director del Centro Coordinador de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha vuelto a liarla a base de bien con la comparación realizada en su comparecencia del 25 de febrero de 2021 entre los riesgos que conlleva acudir a la Semana Santa con los que habría si se va a alguna de las manifestaciones feministas del 8-M.
Para Simón, que ya en 2020, con la pandemia a punto de hacer estragos en España, no dudó en alentar al personal a que fuese a las marchas por el Día de la Mujer, a pesar de que incluso el propio Ejecutivo ya tenía informes de la Unión Europea desaconsejando ese y otros eventos multitudinarios, vuelve a ser mejor ir al 8-M que estar contemplando una procesión.
El ‘experto’ del Ministerio de Sanidad, cuando le preguntaban si veía razonable aplicar para celebrar procesiones de Semana Santa el mismo parámetro de 500 personas que se había calculado para cada una de las convocatorias feministas para el 8-M en Madrid, respondía con evasivas y una tremenda cantinflada:
No conozco los parámetros que ha utilizado la Comunidad de Madrid (sic), no he tenido tiempo de revisarlos y, por lo tanto, no puedo juzgar si las justificaciones que dan son válidas o no. Obviamente, tienen profesionales de alto nivel que habrán considerado adecuado el proponer esta opción. En todo caso, he comentado las relaciones que hay entre las agrupaciones de personas y los riesgos que hay. Los riesgos están relacionados con las formas en las que se relacionan las personas y tenemos que entender que la forma de relacionarse cambia también según la forma o la razón por la que se juntan.
A renglón seguido, pese a reconocer que no es experto en la materia, soltaba su andanada contra la Semana Santa:
Yo no soy experto en estas cosas y no me gustaría que nadie se molestara, pero no es lo mismo estar debajo de un paso de Semana Santa de 2.000 kilos transportado por muchas personas que estar en una manifestación de 500 personas donde se pueden esparcir y mantener las distancias. Yo sé que esto no va a gustar en algunos sectores, pero hay alternativas para hacer las celebraciones que pueden satisfacer suficientemente las necesidades de todos, tanto las religiosas como las sociales.
Apuntaba Simón a modo de consejo de perogrullo en relación a las marchas convocadas para el próximo 8 de marzo de 2021 que: «Si se pueden evitar los agrupamientos grandes de personas, mucho mejor. Dicho esto, que no vayan a las manifestaciones personas que tengan síntomas».