En Génova «andan con el culito apretao» desde que han visto que existe una bolsa de 80.000 indecisos, según todas las encuestas, que dependiendo de la decisión que tomen, la noche puede ser dulce, conservar el Gobierno, y asestar un golpe decisivo al Sanchismo o un desastre sin paliativos.
Después de haber pasado tres cuartas partes de la campaña electoral visitando vacas, terneros, ovejas y «ovejos», los asesores que rodean a Pablo Casado, se han dado cuenta que, no son las vacas las que movilizan a los votantes, sino la imagen de llenazos en los actos electorales, o los selfies de Ayuso con los miles de fans, así como la imagen de los grandes activos populares a nivel nacional, como Feijoo, Juanma Moreno, Elías Bendodo, López Miras, Almeida y el resto de políticos reconocidos y reconocibles.
Y es por eso por lo que «se han puesto las pilas», ya que todavía hay tiempo para dar «el último arreón», y el PP ha enviado a todos esos activos para «salvar al soldado Mañueco».
Hoy, Mañueco estará respaldado por la cúpula del PP a nivel nacional. Por encima de todos ellos, Isabel Díaz Ayuso, que ha demostrado que, si hay alguien en el partido que realmente moviliza, que arrastra asistencia, que provoca el «éxtasis político», y que, solo con su presencia, sobra el resto, es ella. La presidenta de la Comunidad de Madrid es el auténtico motor del PP en estos momentos y es absurdo que Pablo Casado, máxime cuando fue él el que apostó por ella, siendo una gran desconocida, no se ate con una brida a ella y se pasee a todas horas y por todos los municipios con la presidenta.