Al PSOE le supera el odio y la animadversión personal hacia todo lo que huela a PP. En este caso, la apuesta «popular» para configurar la terna de senadores autonómicos, era la continuidad de Javier Maroto, que ya había sido propuesto y votado en la anterior legislatura como senador por designación autonómica y esta vez, como ganadores de las elecciones, acompañado por Vidal Galicia Jaramillo, ex alcalde de la Villa de Arévalo, capital de la Moraña.
La propuesta socialista, también continuista, era Fran Díaz, que igualmente había ejercido de senador por asignación autonómica, dejando a la ex alcaldesa de Medina del Campo, Teresa López Martín, en el dique seco. Una vez hecha la propuesta, lo lógico, lo normal, lo sensato y lo habitual hasta ayer, era votar a favor de la apuesta del partido, pero nada más lejos de la realidad, puesto que el odio hacia la figura de Javier Maroto, hizo que el PSOE hiciera uno de los movimientos políticos más enrevesados e ilógicos que se recuerdan en la política patria.
El propio Fran Díaz fue el encargado de defender el voto en contra de su partido, señalando que su partido votaría en contra de la propuesta por ubicarse entre ellos el del senador popular Javier Maroto, que “no tiene vinculación con Castilla y León”.