CRISIS POLÍTICA EN LAS ISLAS TRAS LA PUBLICACIÓN DE CONVERSACIONES COMPROMETEDORAS

El PSOE canario pringado con el narcotráfico: Gustavo Matos, íntimo del ministro Torres, pillado ofreciendo ayuda al ‘capo’ Derbah

La Policía Nacional implica al vicepresidente segundo del Parlamento canario en una trama para proteger clubes cannábicos vinculados al tráfico de cocaína

El ministro Víctor Torres, el narco Mohamed Jamil Derbah y el socialista Gustavo Matos.
El ministro Víctor Torres, el narco Mohamed Jamil Derbah y el socialista Gustavo Matos. PD

El terremoto político que sacude estos días al archipiélago canario tiene nombre propio: Gustavo Matos.

Este destacado dirigente socialista, actual vicepresidente segundo del Parlamento de Canarias y hombre de máxima confianza del ministro Ángel Víctor Torres, se encuentra en el centro de una tormenta mediática y judicial tras ser señalado por la Policía Nacional como presunto intermediario a favor de una red de narcotráfico.

La investigación, revelada por el diario ‘El Mundo‘, ha puesto contra las cuerdas a quien fuera uno de los principales valedores de Pedro Sánchez en las islas.

Según el informe policial, Matos habría ofrecido su ayuda al empresario libanés Mohamed Jamil Derbah, detenido el pasado 30 de abril como presunto cabecilla de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas, blanqueo de capitales y corrupción policial.

En una conversación intervenida por los investigadores, el político socialista habría pronunciado unas palabras que ahora le persiguen: «Yo ayudo a mis amigos… dame un par de días».

La trama al descubierto

Los hechos se remontan a una operación contra el narcotráfico que ha salpicado a varios clubes cannábicos del sur de Tenerife, presuntamente utilizados como tapadera para el tráfico de cocaína. La investigación, dirigida por el Juzgado de Instrucción Número 3 de Arona, no solo ha llevado a prisión preventiva sin fianza a Derbah, quien además lidera el partido Fuerza Canaria, sino que también ha implicado a varios mandos policiales.

Entre los agentes salpicados destaca Francisco Moar, exjefe de la Brigada Judicial en Santa Cruz de Tenerife y uno de los primeros responsables del mediático caso ‘Tito Berni’, quien se encuentra actualmente en libertad provisional. La conexión entre el mundo político, empresarial y policial dibuja un entramado de relaciones que la justicia está ahora desentrañando.

Según las informaciones publicadas, Matos habría actuado como intermediario entre la organización criminal y la Delegación del Gobierno en Canarias con el objetivo de frenar inspecciones policiales en estos establecimientos. El político habría mencionado su intención de hablar directamente con el delegado y el subdelegado del Gobierno para intervenir en las actuaciones policiales.

El hombre de Sánchez en Canarias

Lo que hace especialmente relevante este caso es el perfil político de Gustavo Matos, un peso pesado del socialismo canario con una larga trayectoria. Afiliado al PSOE desde 1991, este abogado especializado en derecho civil y administrativo ha ocupado diversos cargos de responsabilidad: concejal en La Laguna, director general de Comercio y Consumo del Gobierno de Canarias, diputado autonómico y presidente del Parlamento canario entre 2019 y 2023.

Pero más allá de su currículum institucional, Matos es conocido por haber sido uno de los primeros y más firmes apoyos de Pedro Sánchez en su camino hacia la secretaría general del PSOE. Ya en 2014, lideró una plataforma para pedir el voto y aupar a Sánchez a la dirección del partido, convirtiéndose en su hombre de confianza en las islas durante aquellas primarias. Esta lealtad temprana le valió un lugar privilegiado en el entorno del actual presidente del Gobierno.

Además, Matos es considerado un político muy cercano al actual ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, expresidente canario y figura ascendente en el PSOE nacional. Esta conexión añade una dimensión adicional al escándalo, que amenaza con salpicar a las más altas esferas del partido.

La defensa del político

Ante la gravedad de las acusaciones, Gustavo Matos no ha tardado en reaccionar. En un comunicado publicado anoche en su cuenta personal de Facebook, el dirigente socialista ha negado categóricamente haber tenido «ninguna relación de carácter económico, empresarial ni profesional de ningún tipo» con Derbah.

Según su versión, su relación con el empresario libanés era meramente «de cordialidad derivado de amistades comunes, en el ámbito empresarial y social de la isla de Tenerife». Matos reconoce haber mantenido «un único y breve encuentro» con Derbah y su abogado en un lugar público, donde estos le habrían expuesto presuntas irregularidades cometidas por miembros del Cuerpo Nacional de Policía.

El político asegura que su único compromiso fue «poner los hechos en conocimiento de las autoridades correspondientes dependientes del Ministerio del Interior, en este caso del subdelegado del Gobierno en la provincia de Santa Cruz de Tenerife». Además, lamenta «la filtración interesada y sacada de contexto» de unas conversaciones que, según él, no reflejan la realidad de lo ocurrido.

Repercusiones políticas

El caso ha estallado en un momento especialmente delicado para el PSOE, inmerso en diversos frentes judiciales que afectan a figuras cercanas al Gobierno. El silencio oficial del partido es, por ahora, ensordecedor. Ni la dirección federal ni la canaria han emitido comunicados oficiales respecto a estas graves acusaciones.

La oposición, por su parte, ya ha comenzado a utilizar este caso como munición política. Desde el Partido Popular califican lo ocurrido como «un nuevo ejemplo de la degradación institucional que sufre España bajo el mandato de Sánchez», mientras que Vox ha anunciado que pedirá explicaciones en el Parlamento canario.

El caso Matos amenaza con convertirse en un nuevo quebradero de cabeza para La Moncloa, que ve cómo uno de sus históricos apoyos en Canarias queda señalado en una investigación por narcotráfico. La evolución judicial del caso determinará si estas acusaciones se sostienen o quedan en nada, pero el daño reputacional ya está hecho.

Un perfil político de largo recorrido

Gustavo Adolfo Matos no es un recién llegado a la política. Su trayectoria incluye una destacada proyección internacional: fue presidente de la Conferencia de Asambleas Legislativas Regionales de Europa (CALRE) en 2020 y asumió su vicepresidencia en 2022. Esta dimensión europea de su figura política contrasta ahora con las graves acusaciones que pesan sobre él.

Licenciado en Derecho por la Universidad de La Laguna, Matos ha ejercido como abogado desde 1997 y ha sido miembro de asociaciones profesionales como la Asociación Española de Abogados de Responsabilidad Civil y del Seguro. Su perfil técnico y su experiencia en diferentes niveles de la administración le convirtieron en una figura respetada dentro del PSOE canario.

La investigación, que sigue abierta, podría deparar nuevas sorpresas en los próximos días. El juez instructor no descarta nuevas imputaciones, lo que mantiene en vilo tanto al PSOE canario como a la dirección nacional del partido. Mientras tanto, Mohamed Jamil Derbah permanece en prisión preventiva sin fianza, como presunto cabecilla de esta red que habría contado con protección política y policial.

Como curiosidad, cabe destacar que el caso ha estallado justo cuando se cumple un año de las elecciones autonómicas que provocaron un cambio de gobierno en Canarias, con la salida del socialista Ángel Víctor Torres de la presidencia. Torres, actual ministro y figura a la que Matos es considerado afín, no ha realizado declaraciones sobre este asunto que afecta directamente a su círculo de confianza en las islas.

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