El veredicto no deja resquicio a la duda.
La política española vive días de agitación, aunque no tanto por la crispación parlamentaria como por la percepción social de sus líderes.
A día de hoy, 8 de septiembre de 2025, la figura de Pedro Sánchez ha alcanzado un hito difícilmente envidiable: según el último macrosondeo de Demoscopia y Servicios, más de la mitad de los españoles —un 50,2%— considera que es el peor presidente de la democracia.
Ni siquiera la tradicional división ideológica logra amortiguar este diagnóstico, que traspasa fronteras partidistas y suma incluso a votantes socialistas desencantados.
La encuesta, realizada a 3.000 personas y adelantada por Libertad Digital, muestra que solo un 38,3% niega esa condición negativa, mientras un 11,5% permanece indeciso.
Resulta llamativo que, pese a la polarización, un 13,7% de antiguos votantes del PSOE —es decir, de quienes apostaron por Sánchez hace apenas dos años— comparte la visión de que su liderazgo ha sido el más desafortunado desde la restauración democrática.
Entre los simpatizantes del PP y Vox, el veredicto es prácticamente unánime, superando el 89% de rechazo. Sin embargo, el dato más demoledor es la transversalidad de la desaprobación: hasta un 10% de votantes de Sumar y más de uno de cada diez socialistas se suman a la crítica.
Un presidente bajo asedio: escándalos y desgaste
La desafección hacia el inquilino de La Moncloa no se explica solo por el cansancio de la política de bloques. El deterioro de su imagen coincide con una sucesión de escándalos judiciales y mediáticos que han salpicado tanto al PSOE como al círculo íntimo del presidente. La encuesta de SocioMétrica publicada por El Español añade leña al fuego: un 71,9% de los encuestados desaprueba la gestión de Sánchez y casi el 70% reclama su dimisión inmediata.
El liderazgo de Sánchez, otrora baluarte de la socialdemocracia europea, se ha convertido en objeto de comparaciones poco halagüeñas. Su brecha de desaprobación, cercana al 48%, supera incluso la de Donald Trump en su peor momento en la Casa Blanca.
Por si fuera poco, las últimas encuestas de Sigma Dos para El Mundo le otorgan una puntuación de apenas un 3 sobre 10, un suspenso rotundo que solo mejora en una décima la valoración de Santiago Abascal, líder de Vox y habitual blanco de la izquierda.
El caso Begoña: la sombra que amenaza con arrastrar a Sánchez
El desgaste político de Pedro Sánchez se ha visto amplificado por las informaciones sobre las actividades presuntamente ilegales de su esposa, Begoña Gómez, a través de la Cátedra de Responsabilidad Social Corporativa en la Universidad Complutense. Gómez es la única esposa de un presidente del Gobierno imputada por nada menos que 5 delitos: tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo profesional.
La trayectoria de Begoña Gómez empeora aún más si retrocedemos a su etapa previa a llegar a La Moncloa. Y es que es sabido que el padre de Gómez, Sabiniano, regentaba diferentes locales de prostitución masculina y femenina. Entre los elementos más controvertidos destacan los testimonios de exempleados y responsables de seguridad que aseguran que Begoña Gómez pagaba a los hombres y mujeres que se prostituían en los locales con dinero en efectivo, se encargaba de la contabilidad de los negocios familiares y se ocupaba de poner anuncios en prensa. Y todo ello, cuando ya mantenía una relación con Sánchez. Estos negocios, según distintas fuentes, se basaban tanto en la prostitución como en el alquiler de locales para encuentros sexuales, en ocasiones con menores e inmigrantes ilegales.
- Testimonios recogidos por Telemadrid y El Español relatan que Begoña Gómez «preparaba las cajas y dejaba el dinero para bebida», mientras que el grueso de los ingresos provenía de la prostitución, actividad que su padre y sus tíos gestionaban desde varias saunas y clubes situados en el centro de Madrid.
- El periodista Paco de Narváez confirma que Begoña Gómez le pagaba mensualmente en efectivo por insertar anuncios de estos locales en publicaciones especializadas, lo que refuerza la idea de una gestión activa y consciente.
- Audios filtrados y difundidos por The Objective y otros medios añaden que la esposa del presidente realizaba tareas contables y que el propio Sánchez, siendo concejal en Madrid con un programa de lucha contra la prostitución, era plenamente consciente de la naturaleza de estos negocios.
El temor al horizonte judicial
La presión social se combina con un temor creciente en el entorno de Moncloa: el miedo a una imputación directa de Pedro Sánchez. Las investigaciones sobre Begoña Gómez, abiertas por presuntos delitos de tráfico de influencias, corrupción y apropiación indebida, han alimentado rumores de que el presidente podría verse arrastrado judicialmente, especialmente si se demuestra su conocimiento o participación en la gestión de los negocios familiares de su esposa.
- El juez Peinado, que instruye varias piezas sobre el entorno de Sánchez, busca indicios claros para poder avanzar en una eventual imputación del propio presidente, lo que supondría un terremoto institucional sin precedentes en la democracia española.
- Sánchez, según analistas y cronistas políticos, teme que la caída de Begoña Gómez por la vía judicial termine salpicándole de manera irreversible, más allá del desgaste ya sufrido en la opinión pública.
Impacto en el PSOE y el tablero electoral
La crisis de reputación de Pedro Sánchez no solo afecta a su figura personal: repercute de lleno en las expectativas electorales del PSOE. De celebrarse hoy elecciones generales, los socialistas perderían al menos 13 escaños respecto a 2023 y no podrían reeditar la coalición de izquierdas, según los últimos cálculos publicados antes de la crisis de los incendios de este verano.
El desgaste se refleja, además, en la valoración interna: Sánchez es el líder peor puntuado por sus propios votantes, y la desmovilización amenaza con desfondar a la izquierda institucional. Mientras tanto, la oposición aprovecha cada nuevo dato para exigir la dimisión y la convocatoria urgente de elecciones, en un clima de desconfianza generalizada.
Curiosidades y datos del caso
- La Sauna Adán, epicentro de la polémica familiar, fue anunciada durante años en revistas especializadas con lemas como «Disfrútalas. Tus saunas en Madrid. Abiertas 24 horas», gestionadas por Sabiniano Gómez, el padre de Begoña, con pagos mensuales en metálico a medios de comunicación.
- El apodo de «El Niño Polla», atribuido a uno de los menores que ejercían la prostitución en la sauna Adán, se ha convertido en uno de los detalles más escabrosos y repetidos en las crónicas del caso.
- El propio Pedro Sánchez reconoció en televisión que se fue a vivir con Begoña porque «ella tenía un piso montado mucho más grande», un inmueble adquirido en 1997 y, según investigaciones, pagado con dinero procedente de los negocios familiares de su suegro.
- El porcentaje de españoles que considera a Sánchez el peor presidente de la democracia supera, por primera vez, al que lo señalaba como mejor presidente, un vuelco histórico en la percepción social del liderazgo político en España.
