El dinero ingresado con las multas por la DGT se ha disparado un 125% en 4 años
140 kilómetros por hora. Ésa es la velocidad a la que una plataforma de Internet quiere que se incremente el límite de velocidad en autopistas y autovías. En menos de un mes, Movimiento140.com ha superado las 58.681 adhesiones.
Puede firmar la iniciativa en esta página.
En la plataforma recuerdan que esta velocidad «es legal en muchos países de Europa» y que es más adecuada «con los actuales trazados y las capacidades de los automóviles»., como recoge La Gaceta en un artículo titulado «60.000 firmas para que se pueda conducir a 140 km/h».
MENOS ACCIDENTES EN LA AUTOVÍA
Además, según el RACE, hasta el 80% de los accidentes se producen en carreteras convencionales, no en autopistas o autovías. La iniciativa de esta plataforma, apoyada por LA GACETA, choca frontalmente con la política oficial de la DGT de criminalizar la velocidad. Y es que al Gobierno la velocidad le sirve para llenar España de radares y recaudar. El dinero ingresado con las multas por la DGT se ha disparado un 125% en 4 años. Además, los Presupuestos Generales del Estado para 2010 contemplan recaudar por este concepto 432 millones de euros.
Poco importa que el exceso de velocidad cause un 12’8% del total de accidentes. En este porcentaje se engloban carreteras convencionales y autopistas, pero si sólo hablamos de autopistas y autovías, sobrepasar el límite de velocidad es la causa de menos accidentes aún: apenas el 8%. Estos datos figuran en el Anuario Estadístico de Accidentes de 2007 -último editado con cifras completas-. En la década de los setenta, la velocidad máxima para circular por autopista era de 130 kilómetros por hora, pero se bajó a 120 km/h por la crisis del petróleo.
Y eso que los coches de aquellos años no eran tan seguros como los actuales, los trazados de las autopistas no eran tan buenos. Hoy en día, los coches llevan tal cantidad de sistemas de seguridad que, atendiendo a este factor, es seguro ir a 140 km/h e incluso más. Los automóviles modernos mantienen por sí solos la distancia de seguridad, no se salen del carril por el que circulan porque leen las líneas del asfalto y contravolantean si detectan una salida de la vía. Otros sistemas de seguridad, como el ESP, serían capaces de conseguir una reducción de la siniestralidad espectacular si los coches lo equipasen. Según datos de la National Highway Traffic Saffety Administration (la «DGT» americana), el ESP es capaz de evitar 35 de cada 100 accidentes.
Pero hay más estudios que certifican una elevada efectividad en reducción de víctimas mortales a los que el Gobierno hace caso omiso porque prefiere reprimir, multar y recaudar. Es el caso de la renovación del parque móvil. Según un estudio de la Universidad de Valencia, si se eliminasen de la circulación los más de diez millones de coches de más de diez años que están operativos, la siniestralidad caería un 40%. Así que, si el Gobierno quisiera salvar vidas, debería apostar por el trabajo en conjunto con los fabricantes de coches.