Pocos políticos españoles han hecho una descripción más plástica del rol que juega Artur Más en el Tsunami sociológico que azota a Cataluña:
«Más y CIU practican el surf sobre la gran ola del independentismo»
La perla cultivada es propiedad intelectual de Xosé Manuel Beiras, el veterano político que acaba de protagonizar una versión a la gallega de «El retorno del Jedi». El viejo profesor no se ha cortado un pelo, como es obvio en las fotografías, para contestar a preguntas que le ha hecho «El Periódico» de la ciudad Condal en su casa de Santiago de Compostela.
El diagnóstico, cargado de retranca gallega, ha pasado curiosamente inadvertido en el océano revuelto de la opinión pública española. Pero tiene chicha y recorrido histórico.
Beiras se va emocionando a lo largo de la entrevista y le explica a su interlocutor que la marea catalanista ha arrastrado a las fuerzas conservadoras, a la burguesía catalana disfrazada de lagarterana con la que, en su opinión, resulta imposible lograr una soberanía nacional que sea popular.
¿Es fiable el nacionalismo de Más?
«¿O es acaso que podemos fiarnos del nacionalismo de Más?», se pregunta en voz alta.
Hombre, en el año 2004 si se fiaba del nacionalismo del caviar que representaban el PNV en Euskadi y CIU en Cataluña. Había acompañado a Anxo Quintana, en representación del Bloque Nacionalista Galego, para firmar un acuerdo de colaboración a tres bandas, PNV-CIU-BNG, que ha quedado plasmado en las hemerotecas con la marca «Galeusca», formado por las primeras sílabas de Galicia, Euskadi y Cataluña.
Pero Beiras se ha reinventado a sí mismo, con tan sólo seis años menos que el ex Honorable Jordi Pujol. Se ha echado al monte del Syrizismo, que lo mismo acaba siendo un monte Sinaí que un Monte del olvido, y de repente le producen sarpullidos advenedizos burguesitos como Más y Urkullu, pijo-progres de esos que amenazan, desde el Mediterráneo y el Cantábrico, con clavar la primera bandera independentista en el suelo que durante 500 años se ha llamado España.
El viejo profesor en su laberinto gallego, cruza los dedos para que el soberanismo no entre en la historia con el intermitente puesto a la derecha.
Sabe que él es un pijo-progre renegado, un pianista clásico reconvertido, decidido a componer una sinfonía política pulsando exclusivamente las teclas negras. Y, como el tiempo corre contra él, sueña con ganarlo si Bildu retiene la marcha del PNV en Euskadi y si Más se cae de la cresta de la ola, de su tabla de surf, coincidiendo con el momento en el que la masa crítica de la sociedad catalana caiga de la burra.
Beiras ha disparado en El Periódico de Catalunya con bala. Pero la retranca en el lenguaje genuinamente gallego es un jeroglífico casi ininteligible allende las fronteras del país de Rosalía.