La pizpireta Mónica Oltra debe estar estos días metida en faena buscando la camiseta apropiada para lucirla en la parte final de la Semana Santa y así denunciar un nuevo caso de corrupción, que para esos números circenses, hasta la fecha, ha sabido pintárselas muy bien.
Y es que a la líder de Compromís, que junto con el PSOE gobierna en la Comunidad Valenciana, les han pillado con el carrito de la corrupción –Valencia: La corrupción cambia de acera y pringa a PSOE y Compromís-.
Tanto que habían largado en contra de las prácticas del Partido Popular a lo largo de los últimos años y ahora resulta que a ellos les han cazado en medio de un pringue bastante pegajoso. Y es que a finales de 2016 el PP valenciano recibe documentación de forma anónima que implica a diversas empresas en la financiación irregular en las campañas electorales de 2007 de los partidos políticos PSPV (PSOE) y Bloc (actualmente principal pilar de la coalición Compromís)
Los socialistas valencianos y sus socios del Bloque entre 2007 y 2011, dicen ahora que el tiempo transcurrido les exonera de cualquier responsabilidad política. No decían lo mismo cuando se trataba de involucrar a Mariano Rajoy en hechos con los que nada tenía que ver. Otra muestra del doble rasero con el que la izquierda, desde su supuesta superioridad moral, mide la corrupción.
La investigación no sólo ha tomado cuerpo, sino que se ha desarrollado mucho más de lo que esperaban, con cuatro juzgados trabajando en un caso con presuntas implicaciones de hasta cuatro ministerios del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Dos de esos juzgados son madrileños.
La secretaria general del PPCV, Eva Ortiz, ha anunciado la personación de su partido en la causa. De momento el caso está bajo secreto de sumario. Casualmente Rodríguez Zapatero tiene confirmada una conferencia en el Club de Encuentro Manuel Broseta de Valencia para el 11 de abril con el título «Democracia y convivencia».
