La Consejería de Educación Valenciana, en manos del Gobierno socialcomunista de Ximo Puig, y que tiene al frente a un separatista, Vicent Marzà (Compromís) trata de atemorizar a los niños que ‘pasan’ del valenciano.
El objetivo es intimidar a las familias que se decanten porque los niños estudien solo en castellano. Otra más de los socialistas, gobiernen donde gobiernen.
Los padres reciben una carta en la que se avisa que «los exentos» no podrán trabajar en las administraciones públicas de la Comunidad Valenciana, Cataluña y Baleares.
Según la Generalitat Valenciana, el «esfuerzo» no se verá «reflejado» porque a pesar de hacer «los mismos deberes«, leer «las mismas lecturas» y comprar «los mismos libros«, «no tendrán nota oficial en la tercera evaluación».
Por si fuera poco, el documento recuerda que «el alumnado no exento de valenciano obtiene un 43» más de nota en Lengua Castellana que el que solicita la exención. Suficiente para atemorizar a quienes pasen del valenciano.
Vicent Marzà, otra vez en el disparadero
El polémico consejero de Educación Vicent Marzà vuelve a estar en el disparadero. No en vano, el susodicho es un entusiasta defensor del ‘procès’ soberanista catalán.
El Gobierno socialcomunista valenciano que preside Ximo Puig, a través de la Consejería de Educación cuyo titular es Marzà, de Compromís, se ha inventando una nueva asignatura optativa en la ESO que responde al nombre de Cultura Digital.
Hasta aquí, nada que objetar: está bien que los niños se familiaricen con un fenómeno creciente cuya adaptación es absolutamente necesaria.
Pero, ¿qué hay detrás de la Cultura Digital que estudiarán desde los 12 años los niños valencianos? Una simple lectura del programa académico y de las unidades didácticas de esta nueva asignatura revela qué es lo que pretende una materia que se enmarca, de forma nítida, en la agenda ideológica de la izquierda. A los críos se le ilustrará para que se conviertan en «activistas» en las redes para defender los valores de la izquierda y hacer frente al pensamiento excluyente e insolidario, que por supuesto es aquel que exhiben quienes no comulgan con los códigos sociales de la izquierda.
