Pasearse con este presidente y maldecir y condenar toda crítica al poder como si este personaje nefasto en nuestra historia fuera realmente España
El Gobierno busca culpables planetarios. La consigna del PSOE es hacer al PP culpable de la crisis y quemar en la hoguera de la opinión pública a los ‘casandras gilipollas que ahondan en la mierda’ en palabras del columnista Raúl del Pozo.
Pérez Henares le respondió preguntándose que si unos eran casandras los otros qué eran tras haber aplaudido «la inanición y el humo» en medio de una economía a la que se la tragaba el paro. Y Hermann Tertsch le sacude a los ‘lacayos del poder’ que callaron antes de maldecir al poder.
Son los catastrofistas antipatriotas que forjan conjuras ficticias. En palabras de Blanco, ‘especualdores contra el euro’. Son los que ‘vienen a por nosotros’, según el monaguillo ZP en Washington. Pero esos ‘casandras’ no hicieron más que advertir la que se venía mientras el Gobierno negaba la evidencia. Lo decía Zapatero a El País: «Es opinable si hay crisis».
Desde el ABC, Tertsch le recuerda a Del Pozo que pueden acusar de la crisis a quienes la denuncian. Y con alusiones personales:
- Pueden intentar e incluso lograr a veces la liquidación civil de aquellos que han destacado en su denuncia de que el rey no sólo está desnudo, sino que su soberbia ignara nos va a dejar desnudos a todos nosotros y a nuestros hijos y nietos.
Porque son los que han dicho la verdad como demuestran las encuestas:
- Los casandras -en definitiva, los que han dicho la verdad en estos pasados años- dice alguno de los amiguetes escribidores del Gran Timonel, son los que hunden el país. Y la conspiración internacional, ni más ni menos. No hay duda ya.
- La tropa de cursis, paletos y aprovechateguis que culpan del hundimiento a quienes no están en el poder pueden tener réditos a corto plazo.
Y vapulea a quienes se apuntan a la autocomplacencia y los falsos diagnósticos:
- Pasearse con este presidente y maldecir y condenar toda crítica al poder como si este personaje nefasto en nuestra historia fuera realmente España. Pero la realidad demuestra claramente que aquí nadie va a tener réditos a largo plazo de lo que supone el retorno de España a una anomalía histórica de la que había salido con honra y orgullo en la transición.
VERDAD MENTIRA