La escalada de acoso e instimidación a la Policía Nacional y Guardia Civil sigue disparándose en Cataluña con el acoso a policías y guardias civiles. En Reus, 3.000 personas han rodeado esta noche la comisaría, después de concentrarse frente a varios hoteles donde se alojan los agentes desplegados para que abandonen la ciudad.
Pero no ha sido el único punto de Cataluña donde los agentes han sido hostigados por los independentistas. En Figueres o Villanova también se ha reproducido concentraciones. Y con la papeleta del referéndum en la mano, en Barcelona han insultado y abucheado frente a la comisaría a los policías.
«Estarás contento con lo que hizo tu padre ayer», le espetó un profesor a un niño a primera hora de la mañana delante de toda la clase. «Hoy no puedo daros la clase como siempre. Estamos muy afectados. La ignorancia de la Guardia Civil ha quedado en evidencia. Solo saben dar palos», dijo otro docente a los alumnos.
Estas palabras «dolieron como un puñetazo» a muchos niños del instituto que son hijos de agentes del cuerpo, cuya comandancia está a 100 metros del centro. En el gigantesco cuartel viven de forma permanente unas 200 familias (un millar de personas en total). —“Estarás contento con lo que ha hecho tu padre”—
No tienen suficiente con acosar a los padres. Ahora van también a por los niños. Fascismo en vena. https://t.co/c0w6sgiV40
— Pastrana (@JosPastr) 4 de octubre de 2017
Javier, guardia civil y padre de dos alumnos del Instituto San Andrés de la Barca (Barcelona) ha denunciado en ‘Herrera en COPE’ la situación que vivió su hija después de lo ocurrido el 1 de octubre en Cataluña.
Asegura que los profesores del instituto “decidieron que no iban a impartir clase normal porque estaban disgustados con lo que había pasado el día anterior con la Guardia Civil e instaron a los niños a que comentaran lo que les parecía”.
Asegura que su hija tuvo que escuchar que los guardias “eran unos animales y que solo sabían dar palos. Ella no aguantó y dijo que no se podía generalizar y que su padre no había dado palos a nadie, pidió permiso para marcharse de clase y vino a casa”. Javier cuenta que la niña “estuvo llorando todo el día”.
Critica que los profesores “en vez de impartir clase intentan inculcarles política. Añade que “después de lo que pasó, me dirigí a la dirección del instituto y me dijeron que hablarían con los profesores para que no intentaran coaccionar a ningún alumno. Disculpas no ha pedido nadie”.