El excomisario Villarejo concede su primera entrevista desde que saliera de prisión en 2021 al diario ABC el domingo 19 de febrero de 2023.
En su conversación el polémico Villarejo, bravucón, imaginativo y ‘bocachancla como siermpre, asegura que que no sabía que la información que acumulada podría generarle problemas:
«Jamás pensé que mis actuaciones como agente de inteligencia iban a derivar en actuaciones penales. Yo entendía que una prueba de mi trabajo era precisamente ese archivo documental».
Villarejo acusa al gobierno socialcomunista, en especial al PSOE de Pedro Sánchez, de estar detrás de todas las filtraciones que se han hecho públicas de forma paulatina desde hace cinco años.
Dice que su único objetivo era recuperar la libertad y mejorar su situación judicial.
Así lo explica el excomisario al periodista Javier Chicote:
«Nada más producirse la moción de censura y nombrar ministra de Justicia a María Dolores (Delgado), empecé a recibir visitas de un par de jueces y fiscales, gente muy correcta y muy educada que planteaban la posibilidad de salir a cambio de que yo diera información de tal o cual cosa. Y dije, estoy dispuesto. En lo único que me negué a participar fue en un linchamiento de la Corona. Dije que eso no, que era un error por parte del Partido Socialista, si era esa la intención, porque además había sido siempre un partido institucional serio y de Estado».
Cuando el periodista le pregunta que quién estaría detrás de minar la corona él responde que «alguien del entorno muy próximo del presidente del Gobierno».
Lo cierto es que en el uso de la información contra la corona lo que más daño hizo fueron los famosos audios de Corinna que él organizó en connivencia con el empresario Juan Villalonga.
Esos audios provocaron la investigación de Juan Carlos I por parte de la Justicia y que desde Casa Real se decidieran a enviarle a Abu Dabi.
Cuando empezaron los problemas judiciales del excomisario (actualmente se mantienen 36 piezas separadas en la Audiencia Nacional) empezó el mercadeo de la información.
Incluso un compañero suyo de prisión, abogado de profesión, anduvo por Madrid en sus salidas del penal haciendo gestiones en nombre de Villarejo, afirmando que el ex policía estaba dispuesto a pactar lo que fuera y amenazado con hundir el país.
El tipo, en la trena por blanqueo y cosas por el estilo, llegó a ofrecer material ‘por los bares’.
Dice Villarejo y puede ser otra de sus bravatas, que la información más sensible la tiene en el extranajero y, asegura, que sólo verá la luz si él fallece:
«En todo caso si la tengo o no de poco me vale porque por medida elemental de seguridad, mientras yo no vaya a recogerla no se la darán a nadie y salvo que yo me muera, eso imagino que no saldrá a la luz. Yo tengo asumido que están organizando mi suicidio, o sea, que no creo que pase mucho tiempo hasta que muchas cosas más salgan».
Después de casi dos años de silencio Villarejo vuelve a hablar y lo hace en vísperas de nuevos jucicios y a la espera de una sentencia que dará sin duda -de nuevo- con sus huesos en prisión.
