Escaño Cero – «Dos varas de medir»


MADRID, 15 (OTR/PRESS)

Los dirigentes políticos y militares de Occidente, léase Estados Unidos y la Unión Europea y la OTAN, parecen estar preocupadísimos por la intervención de Rusia en la guerra de Siria bombardeando posiciones del Estados Islámico y de paso prestando apoyo a su actual presidente Bashar al-Asad.
Eso sí, les parece mal que Rusia bombardee pero les parece natural hacerlo ellos. O sea que un avión francés, pongo por caso, bombardee sobre Siria es una cosa pero que lo haga un avión ruso es otra.
Además a los lideres occidentales se les llena la boca denunciando que Rusia lo que hace es defender sus intereses en la región y que además de a las bases del Estado Islámico está bombardeando posiciones de la oposiciones a Bashar al-Asad. Lo que seguramente es cierto. Pero es un sarcasmo que intenten hacernos creer que los intereses de Rusia son los del mismísimo demonio y los de Occidente los de las Hermanas de la Caridad.
Lo cierto es que las llamadas «primaveras árabes» han resultado un fiasco que han costado miles de muertos y desplazados. Y que los intentos de Occidente porque Siria tuviera su propia «primavera» ha resultado aún peor.
Es evidente que Bashar al-Asad es un dictador, y que por tanto en Siria no hay democracia, pero también es evidente que Occidente ha fracasado en los métodos para ayudar a que ese país se convierta en una democracia.
El nudo gordiano parece ser la continuidad de Bashar al-Asad. Rusia prefiere que continúe al frente de Siria y Estados Unidos y Europa venían haciendo cuestión innegociable su continuidad.
La realidad es que Estados Unidos y la UE han apoyado a grupos de oposición a Al-Asad, incluso les han armado y entrenado sin éxito hasta el momento. Así que en Siria las cosas no solo no han ido a mejor sino que el país vive inmerso en una tragedia. La tragedia de la guerra, de las matanzas perpetradas por el Estado Islámico, la de los miles de desplazados que huyen y muchos de ellos encuentran la muerte al intentar llegar a Occidente.
Yo no tengo un sentido conspiratorio de la Historia pero es imposible no pensar que hay a quienes les viene muy bien estas guerras.
Cuando el presidente Bush decidió embarcarse en la guerra de Iraq lo hizo con la excusa de unas inexistentes armas de destrucción masiva que decía que tenía Sadam Husein, y como castigo por el 11-S, la voladura de las Torres Gemelas con las que Sadam Husein no tuvo nada que ver. Pero aún así organizó una guerra cuyas consecuencias son que el mundo es hoy mucho más inseguro que antes, pero eso sí las grandes corporaciones de armamento son muchos más ricas.
En cualquier caso los ciudadanos asistimos inermes a los conflictos y desastres que provocan las potencias por sus intereses aunque lo envuelvan con grandes palabras.
Rusia va a lo suyo y Estados Unidos hace otro tanto de lo mismo.
Lo que no he escuchado es a ningún líder occidental lamentarse y pedir responsabilidades a Obama por el bombardeo del hospital de Médicos sin Fronteras en Kunduz (Afganistán), donde mataron a veintidós civiles y además se saltaron el Convención de Ginebra que prohíbe expresamente atacar a médicos y hospitales por muy en zona de guerra que se encuentren.
Es como si los muertos de unos y de otros no valieran lo mismo porque utilizan dos varas de medir. Ambos bandos van a lo suyo sin importarles más que sus propios intereses regionales y económicos.
¡Qué asco!.

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