OPINIÓN

Rafael López Charques: «Todo es posible»

Rafael López Charques: "Todo es posible"

Es habitual que, cuando empieza un período nuevo en nuestras vidas, hagamos una hipótesis acerca de lo que puede ocurrir en el mismo.

La podemos hacer tanto restringida a nuestra vida en particular, como al contexto en que nos desenvolvemos. Hemos creído conveniente hacerla respecto a este último ámbito, pues lo que ocurra en el mismo nos afectará muy directamente sin lugar a dudas.

Nos encontramos con que estamos en un país que parece cada día más desquiciado, no por culpa de sus ciudadanos, sino de los políticos que oficialmente nos gobiernan. Decimos esto último porque si bien legalmente detentan el poder, hacen tiempo que han demostrado que desde un punto de vista ético debían de haberlo perdido hace tiempo.

Aquí esta “la madre del cordero” puesto que nuestros políticos siguen el viejo dicho de “primero yo, después yo y siempre yo”.

Efectivamente con todos los problemas que tenemos en el país, aparte de la pandemia, nos encontramos con que a la mayor parte de los padres de la patria (perdón si alguno se ofende por calificarlo así), lo que más les preocupa es mantenerse en el poder, tanto sea en una administración como en su propio partido.

Es evidente que en prácticamente todos los partidos las intrigas internas están a la orden. Las luchas por el poder dentro de los mismos ocupan gran parte del tiempo de sus dirigentes, que para mantenerse en su puesto hacen todo lo que está en sus manos, desde comprar aliados hasta puñaladas traperas.

Si bien lo descrito repercute negativamente en los ciudadanos, pues dichos políticos emplean en temas internos del partido el tiempo que debían dedicarles a ellos, aún es mucho más dañino para la población las pugnas por el poder en las administraciones.

Si tomamos el caso del gobierno central, es público y notorio los choques, más claramente, los enfrentamientos entre los partidos que lo conforman. Como todo les da igual a todos, salvo los asientos, no se preocupan ni tan siquiera de dar una imagen de consenso para tranquilizar a los ciudadanos, lo cual no es de extrañar dado lo poco que les preocupamos.

Esto nos recuerda a lo acontecido durante la Revolución Francesa. Sus cabecillas inundaron las cabezas de los ciudadanos con el lema de libertad, igualdad y fraternidad, pero se olvidaron del mismo en sus despiadadas luchas internas por el poder, que les llevó a guillotinarse unos a otros, hasta que ninguno de los principales quedó vivo.

Si a lo anterior le añadimos las mentiras que nos cuentan, empezando por “cum fraude” el panorama es desolador. Hablando de este último, hace pocos días se ha negado a dar detalles sobre sus viajes el avión que le pagamos, para lo que se ha parapetado en la Ley de Secretos Oficiales, alegando que es información sensible. No se acuerda de cuando aseguraba públicamente que “cuando tengamos toda la información, cada dos meses, vamos a ir colgando los datos en la página web poniendo cuales son los viajes, el coste o el importe de los mismos y, por supuesto, también el motivo de esos viajes”

En consecuencia cuando nos preguntamos que ocurrirá en el año que comenzamos, la única respuesta lógica es que todo es posible. Dado el descontrol, luchas internas, oportunismo, favoritismo rayando en la ilegalidad para con los amigos, etc., cualquier cosa puede ocurrir.

Lo penoso de la situación es que quien “pagará el pato” seremos los ciudadanos,
esos por los que los políticos se desviven de boquilla.

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