OPINIÓN

Juan Javier Sánchez: » ¡Qué comience la guerra!»

Juan Javier Sánchez: " ¡Qué comience la guerra!"

La bomba de relojería estalló hace apenas un par de días. Desde entonces acusaciones cruzadas se han venido dando entre los contendientes atrincherados en Génova y Sol. Reuniones clandestinas hasta la madrugada, conversaciones secretas, llamadas y cambios de bando se han producido. Los implicados en esta batalla que podría dinamitar al Partido Popular son claros Teodoro García Egea, secretario general y mano derecha del por ahora presidente del Partido Pablo Casado y Miguel Ángel Rodríguez, asesor y jefe de gabinete de la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

El motivo de la contienda fue el supuesto espionaje de ciertos dirigentes del Partido a la presidenta Ayuso y su entorno por los contratos de emergencia sanitaria firmados por la Comunidad de Madrid.

El caso es que la izquierda también se ha inmiscuido en los problemas internos del PP acusando sin pruebas y ejerciendo el doble rasero que les caracteriza. Un ejemplo bien claro es la imputación de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona por distintos delitos. La izquierda de este país aplica la vara de medir en función del partido al que pertenezcas. Para ellos, todo está permitido incluso la corrupción pero osan acusar sin pruebas a Ayuso incluso afirmando ciertos expertos en la materia que los contratos firmados son estrictamente legales. Al igual que la jefa de la oposición, Mónica García que acudió junto al resto de la bancada izquierda madrileña en tropelía a la fiscalía anticorrupción para denunciar a la presidenta de la CAM de delitos como cohecho o tráfico de influencias. Parece que el caso de la baja de Mónica en el que tuvo que devolver 13.000 euros a la Asamblea de Madrid es totalmente ético. O las condenas de Echenique que no le impiden acudir a Twitter para incendiarlo como ya es costumbre afirmando que la multitudinaria manifestación en Génova es un caso de apoyo a la corrupción por parte de los españoles que allí se reunían.

Más allá de la actitud de la izquierda, ya de sobra conocida, la guerra ya ha comenzado y continúa tras haberse celebrado en Madrid una manifestación a favor de Ayuso y exigiendo la dimisión de Teodoro y Casado congregando a más de 3000 personas según informaciones de la delegación del gobierno. Parece claro que un cambio es necesario en el Partido Popular para asumir de nuevo el papel dominante y ejercer de oposición y alternativa al gobierno de Sánchez.

Los militantes y simpatizantes del Partido Popular en su mayoría defienden la vía de la reconciliación y no es otra que la celebración de un congreso extraordinario que busque un nuevo líder y una nueva directiva para un buque que está en proceso de hundimiento. O renovación o muerte.

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