OPINIÓN

Jordi Ferré: «Tarragona y la “Diada” de Sant Jordi, secuestrada por el independentismo»

Jordi Ferré: "Tarragona y la “Diada” de Sant Jordi, secuestrada por el independentismo"

El paseo cultural por las paradas y carpas repletas de flores y libros en la fiesta de Sant Jordi, más allá del tiempo desapacible me produjo una serie de sensaciones y reflexiones culturales y políticas que me gustaría compartir con el amable lector. Ese día las plataformas culturales independentistas y los partidos políticos que las financian generosamente, desde hace años desgraciadamente, se dedican a una batalla política de propaganda para reafirmar sus dogmas. Dicho evento permanece secuestrado por el sectarismo político e institucional, entre la pasividad y el miedo a ser señalado inmediatamente como fascista. Dichas fuerzas sociales excluyentes, deciden quién tiene derecho a sentirse catalán digno de arrogarse esa fiesta popular que debería ser apolítica y participativa en buena armonía, porque la cultura no debería tener ideología política para dividir y enfrentar, la cultura es del pueblo y nos pertenece a todos.

Resulta alentador que al iniciar mi tranquilo paseo pude apreciar como las paradas y carpas de solidaridad con los refugiados ucranianos y otras obras sociales de ONG´S, cobraban protagonismo por la actualidad, dignas de todo mi respeto si lo hacen por altruismo y meridiana transparencia económica. También multitud de ciudadanos se agolpaban en las paradas de libros y rosas, para cumplir con la tradición, cosa muy loable, aunque siempre he pensado que para comprar un libro o regalar una rosa, no es necesario mirar el calendario.

Es más, lo que debe impulsar esta fiesta es que la gente se anime a leer y comprar flores para su amada cada semana del año. Pues cumplir con el trámite social está muy bien si no se limita a ser un mero acto puntual como manda la tradición. No olvidemos que la cultura es el bálsamo que cura la ignorancia.

Para los no residentes en Cataluña, si me hubieran acompañado en dicho paseo, habrían encontrado extraño que no hallaran apenas una bandera de España entre tanta bandera catalana y otras tantas independentistas, porque hay que ser muy valiente para izar la española que está proscrita y repudiada, salvo un par de carpas constitucionales que deben aguantar insultos y acoso por el mero hecho de colocarla a la vista. Pero no acaba ahí el desprecio y el boicot, esas entidades separatistas y presuntamente democráticas, pero golpistas contra el orden constitucional, se permiten colocar panfletos repugnantes en sus carpas con el eslogan “Espai lliure de feixisme”. Esa basura indecente colgaba de cada stand independentista, adoctrinando a incautos con su verborrea repugnante como “la justicia española nos persigue” o “España nos roba”, todo bajo el lema: ¡Fes-te´n soci de Omniun! La cita de Mark Twain es elocuente: “Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido engañados”.

La democracia no consiste en poner urnas, sino que consiste en respetar la ley que autoriza y legitima esas urnas. Finalmente me gustaría recordar que la bandera es un símbolo que representa a un País, sus instituciones y gentes, que debe ser respetada presidiendo cualquier evento social, mientras que la lengua es un vehículo cultural de comunicación que no debe ser utilizada como arma política, y que debería unirnos a todos bajo la diversidad cultural. En el caso del español es despreciado y arrinconado por unos mentecatos intolerantes y victimístas que han llevado a esta sociedad a la decadencia económica y social más lacerante y patética. La región que fue crisol de culturas y libertades es ahora una ciénaga de odio y rencor hacia los que no piensan como ellos, calificándonos de fascistas por defender el orden constitucional que ellos pretenden socavar.

Antonio Morales Sánchez, un ciudadano librepensador.

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