Dijo el penitente con toda la fe de su alma: ‘Juan agarra el cirio que voy al bar a pegarme unos latigazos’, el inglés, ojo avizor, no dio crédito, cursó una misiva a su amigo y casi la palma del susto
Todos los skects no son igual a las bazofias de la Tv3 autonómica catalana y que pagamos todos los españoles, incluso hay quién se sirve de la infinita capacidad de nuestro idioma y gracejo, no para sus proyectos separatistas de odio y con la gracia en el trasero como esos 2 + 1, un trío malhumorado. Sino, en cambio, algunos guionista son capaces de enviar mensajes que, además de provocar la sonrisa, crean verdaderas sentencias de vida, consignas que permite la física y la química y hasta puede ser más interesante que un mitin de Sánchez [también simpática, cuál trasero del avispero; tralará, vamos a contar mentiras…]
Decía el gran Charlie Chaplin español, nada menos que Miguel Gila, demostrando su supuesta valentía que: ‘A mi no me dan miedo las balas. Me da miedo la velocidad que traen las balas’. Todo un genio, un artista que logró ridiculizar el sinsentido, incongruente e irracional de la Guerra Civil española del 36. Consiguió, a partir de la posguerra, hacer reír a ambos bandos, disparaba con lo más letal que posee el ser humano: La palabra.
Pedazo de teléfono en mano transmitía arte, enviaba los más intensos ‘partes de guerra’ y contribuyó a unir, sino a olvidar [de la mejorar manera] la violencia que sufrió España jamás justificada, la contienda armada y la guerra de guerrillas con tiros en la nuca, antes, durante y después de abrir trincheras y fuego a discreción. Una década de los 30 con mucha historia, necesaria para no repetirla, aunque este gobierno se empeñe en todo lo contrario.
Con el ingenio de Gila, las nuevas generaciones, nos tomamos a risa la confrontación entre españoles, sentíamos como el humor permitía disipar el horror más absurdo y hasta las ‘batallitas de padres o abuelos’, nos pareció de ciencia ficción, al final ya pasó. No sé si aquella interpretación fue buena o no tanto, pero España estuvo, y creo que está, por pasar página.
Sin duda aquello de: ‘Buenas, ¿es el enemigo?’ ¿A qué hora van atacar ustedes?, alcanzaba la sensibilidad más humana, o las peleas en bromas de los coplistas de moda, Juanito Valderrama y Dolores Abril, que no se parecían en nada a los dislates y horrores de muchos divorcios de hoy.
Se bailaba la sardana todos cogidos de la mano e incluso la muñeira, también el aurresku, danza vasca a modo de homenaje o reverencia, sin olvidar las sevillanas que suenan a conciliación y respeto entre culturas, tradiciones y costumbres, respetadas por todos y envidiadas por los turistas extranjeros. Una sola losa era suficiente para bailar el ‘Chotis’ de Agustín Lara en cualquier rincón castizo del Madrid de todos.
Fíjese si el mundo admiraba a España, y aquí era de esperar todo que, aquel penitente que precedía al Santo en procesión, logró impresionar al británico, alto, rubio y de tez blanco satén, que se encontraba entre el público viendo pasar al Cristo. Oyó a este encapuchado cónico aquello de: ‘Juan coge el cirio que voy al bar a darme unos latigazos’. Está claro, el anglosajón quedó atónito y, con el propósito de invitar a su amigo Smith a venir a visitar España, inmediatamente le escribió una carta (el WhatsApp de la época), y le decía; ‘Spaniards are capable of giving their lives for their feelings’. Traducido es algo así cómo; ‘Smith vente pa’cá, verás que; los españoles son capaces de dar la vida por sus sentimientos’. Quedó anonadado, perplejo y sin respiración al observar que aquí dábamos y sudamos la gota gorda por mantener la esencia, el sacrificio y la fe española. Y pa’lante !
Pero, todo se le derrumbó cuándo el famélico extranjero supo que el del capirote no fue a flagelarse, ni a redimirse de sus pecados, sino a cumplir otro de los sentidos, también un placer magnánimo y único en el mundo: El sabor, paladeando el caldo de la huerta, hasta ponerse ‘perjudicado’. Lección que, más tarde, muchos visitantes del lejano mundo, adaptaron a sus costumbres y siguen al pie de la letra: ‘Smith echa el blanco pa’cá que me voy a poner morao’, digo yo que dirán. La procesión va por dentro.
Lo cierto es que aquel devoto se embriagó de emoción y se perdió a pegarse unos vinos españoles con tapita de jamón de Huelva o los montes de Extremadura. Lo cortés no quita lo valiente, eso sí. Pues los del miedo frankestein no están por la labor, poco han vivido de España éste personal, eh.
Pues mire usted, este gobierno social-sanchista-comunista y otras yerbas, están por los cánticos rusos del casatschok, los supermercados vacíos de Venezuela o la disciplina militar del revolucionario argentino-cubano Che Guevara, que logra mantener todavía los ‘carros’ de primero del siglo pasado en La Habana.
En su defecto, nos llevan a la Agenda 20-50 de, ‘no tendrás nada y serás feliz’ y el cambio climático, sin olvidar a la futurista Irene Montero, que ha creado 37 géneros de personas, pero todos divididos, en casa y con miedo que te violen o que coincidas con cualquier deshumanizado de la ley ‘Sí, porque Sí’. No Irene [todo el gobierno voto sí], pues no, para ser díscola hay que hacer carrera junto a la sociedad, y la gente están más quemadas que nuestro penitente, con ganas de soltar el cirio y pegarse unos latigazos.
Postdata: Curso detalles a Moncloa, para informar sobre la idiosincrasia del país al presidente Sánchez, por si no tuvo suficiente tiempo y lugar para estudiar a fondo a los españoles en su tiempo de recorrido, durante 40.000 kilómetros con su Peugeot 407 en 2016, a fin de aletargar ilusiones y emociones para calmar los ánimos y sueños de la sociedad, incluidos a los votantes socialistas. Sánchez no me da miedo, sino pánico la velocidad de sus ansias de poder. Ni el perdón a las víctimas del Sí porque Sí es sincero, ni las 50.000 viviendas se harán realidad. Pedro, para acreditar tus promesas ahora, debes insistentemente pedir perdón desde el año 19 hasta Diciembre de 2023, día a día …Y aún así, no compensará volverte a verte en el Gobierno. ¡Quieto todo el mundo. Aquí no se mueve nadie!. El gobierno vendrá a dar instrucciones.
Anián Berto
Periodista – escritor [c]