Naturalmente el inane, el incapaz de encontrar argumentos con los que justificar sus acusados errores, tiene que hacer uso de recursos poco ortodoxos o violentos. El desliz cometido por el gobierno del mentiroso es excelso y no le basta para justificarlo su elocuente demagogia, ni los medios de comunicación que tiene a su servicio.
Los lapsus continuos que comete el equipo de nuestro Pedro I El Mentiroso, son de campeonato y denotan una importante incapacidad de hacer algo positivo para nuestro País. Tenemos recientes algunas crisis diplomáticas internacionales, provocadas todas por el mismo vacuo presidente que nos toca soportar, o sus lacayos ministros. La primera fue con Argelia, sin la menor explicación de las razones que le llevaron a ello, aunque las causas se suponen que son similares a la crisis con el Sahara y ambas impuestas por Marruecos que logró que “El Mentiroso” se arrodillase ante su Rey. Ha seguido la crisis con el País que los españoles consideramos hermano, Argentina, al que un ministro insultador y absolutamente ineficaz en sus funciones de arreglar el transporte en España, se dedicó a ofender e insultar nada menos que a su Presidente, con falacias inventadas; naturalmente no hubo petición alguna posterior de disculpa por parte de nadie; lógicamente el señor Millei respondió con alguna ofensa, pero basada en hechos reales, sin duda excediéndose en el castigo, pero por algo que provocó el gobierno de “El Mentiroso”. Ahora también busca, Pedro I El Mentiroso, la crisis diplomática con Israel, saliéndose de los criterios de toda Europa y Estados Unidos, recibiendo solamente el beneplácito de los terroristas de Hamás; para esta decisión se ampara en el parecer de sus socios de la ultraizquierda. Ninguna de estas crisis se amparan en el sentir popular y bien lo sabe este señor, como todos sabemos que el único objetivo que él busca son fines electorales, para perpetuarse en el poder.
¿Hasta dónde nos va a llevar con sus barrabasadas Fray Mentiras?
Pablo D. Escolar