OPINIÓN

Victor Entrialgo de Castro: «El hombre anuncio»

Victor Entrialgo de Castro: "El hombre anuncio"

Yo no suelo hablar mal pero éste inmoral tiene los santos cojones de llamar «Plan de reacción inmediata» a comprar su enormidad en la Tragedia y llamar a cosa alguna «beneficios» despues de la riada.

Antes de que hubiera tick tok, en Madrid había hombres escondidos  que sacaban la cabeza por el agujero que dejaban dos tablones sujetos por una gruesa cuerda, «Compre su traje en Hnos Rodriguez». Ahora los hombres anuncios invaden las redes y aunque en la calle están prohibidos, escondido entre dos hojas del BOE, Sanchez anuncia las ayudas para taparse el pecho y el culo con la coraza del dinero.

«Beneficios fiscales» llama a que las víctimas no tengan que pagar el IBI de una vivienda que no tienen, ni el IA de una actividad que no pueden desarrollar o la Tasa si tienen que dar de baja el vehículo que han perdido o sustituir carnets perdidos. Pero aún así, la muerte sale cara.

Sanchez, su gobierno de incompetentes y su recua de asesores, los hombres menos demócratas que quepa imaginar, son los que ordenan matar civilmente al opositor y descalificar orquestadamente a cualquiera que está hasta al moño y cuestiona su poder, cuestionando sus mentiras, su ruina y desgobierno llamándole fascista o ultraderecha. Son los mismos que todas las mañanas envían por sms a sus rebaños y a todos los «ultraizquierdistasos/es» que viven de este cuento, los sonidos de oveja que al unísono tienen que repetir.

El hombre anuncio que reparte ahora dinero público y tinta inútil en el BOE para comprar su incompetencia y su falta de moral y de vergüenza, que miente más que habla, despues de su omisión de socorro hace ahora un brindis al sol de Valencia, el mismo que hizo en la Palma.

Y con el espejo que lleva siempre consigo dice ahora para justificar su ausencia que el Estado somos todos cuando lo que le devuelve el espejo en realidad, como Luis XIV, es el Estado soy yo mientras manda pasar la hucha en las televisiones a las organizaciones que dependen de su subvención donde el garbancito de exteriores tiene a su churri.Tan cierto  que tiene que justificarlo en su comparecencia.

El problema de las instituciones, autoridades y medios que no son inmorales, -y son inmorales los que despues de estos años justifican aún a Sanchez-, es lo lejos que están en su burbuja de la sociedad.

Por mucha democracia que nos vendan no la habrá, mientras haya un sólo cargo público que no sea elegido «directa o indirectamente» por los ciudadanos, de modo que sea verdaderamente representante y, pueda ser removido, y el pueblo, reconociéndose en el error de elegirlos, se sienta partícipe de él y de su responsabilidad en esa cuota de soberanía que junto a los demás ciudadanos le corresponde. A diferencia de Trump, a Sanchez no lo eligió presidente nadie, y no lo sería si no fuese por terroristas y separatistas.

Porque cuando la función pública se separa de la sociedad, lo mismo en su  origen que en su modo de proceder para cumplir con el clientelismo, en lugar de atender a los ciudadanos «personalmente», la tragedia está servida. No es sólo derecho administrativo. ni sólo sentido comun. ¡Es Física!

Con su inmoralidad habitual el hombre anuncio tapado con dos hojas de Boe trata de sacar la cabeza entre las cuerdas llamando «reacción inmediata» a comprar su negligencia, inacción e inmoralidad, política e infamemente deliberadas: *No haber decretado la alarma y enviado inmediatamente a la UME a la tragedia, despues de que bomberos, protección civil y policía municipal hubiesen llevado a cabo las primeras actuaciones. De ese modo, la única reacción inmediata tras la tragedia de Valencia fue la de los héroes, los voluntarios y el palo de escoba.

Su dueño es la única persona que están buscando Sanchez y Marlaska en Valencia para no perder el relato de la ultraderecha, el hilo de Ariadna que sus asesores de comunicación insisten no pueden perder. Se conoce que siguen sin tener otra cosa mejor que hacer, aparte de fugarse cada vez más lejos. En la tragedia de Valencia el hombre anuncio se quedó quieto. Pero que sepáis que él está bien. La única reacción inmediata fue la de los admirables voluntarios y el palo que no le alcanzó.

Víctor Entrialgo

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