Este miércoles, 12 de marzo de 2014, Carlos Carnicero escribe en Europa Press una columna titulada ‘El 11-M y la quimera de la verdad absoluta’ en la que arranca diciendo:
El conocimiento no tiene límite. Es imposible el absoluto. La obsesión por conocer «toda la verdad» es un imposible categórico que solo puede superar, para los creyentes, Dios.
Añade que:
Las víctimas, por su propia naturaleza, tienden a la búsqueda de una explicación total de lo sucedido, sustentada en su propio dolor y en las sociedades mediáticas, zarandeados por ese Mantra establecido desde los medios de «tenemos derecho a toda la verdad».
Y concluye que:
¿Quedan muchas cosas por conocer del 11-M? Naturalmente. Como no puede ser de otra manera al tratarse de un atentado terrorista inexplicable a la razón, inesperado y con el suicidio en Leganés de casi todos los implicados.