Este 18 de marzo de 2014, Manuel Ortega escribe en El Semanal Digital una columna titulada ‘Cuando Pedrojota se las tuvo con el general metido a tertuliano’ en la que arranca diciendo:
De «vileza» tachaba Pedrojota Ramírez, ya conocido entre sus antiguos pupilos como El Arponero, el que le endosaran, como director de El Mundo, a su equipo y a él «la muerte por su propia mano de una persona adulta, rehén -como todos- de sus propios fantasmas».
Añade que:
Será o no. Pero como la cosa va de Historia, otro que amenaza con un nuevo libro de memorias -que, al fin y al cabo, es otra forma de darle un poco, o un mucho, de rimel a la de cada cual- es alguien que en su momento se las tuvo tiesas con Pedrojota: el general Monzón.
Concluye que:
Rescatado por Intereconomía para la pequeña pantalla más bizarra, Monzón ya perpetró un primer libro -de la mano del desaparecido, en mala hora, editor Manuel Fernández Cuesta- aprovechando su tirón en la cadena de Julio Ariza, de donde parece ser que salió escaldado pese a sus ímpetus dieciochojuliescos para encontrar refugio por 13TV y en la mesa camilla de El Gabinete de Julia Otero, en la que ha redescubierto su ser de «católico de centro» amigo de Jordi Pujol.