Este 19 de marzo de 2014, José García Abad escribe en El Plural una columna titulada ‘Bruselas, destierro, refugio, o comedero’ en la que arranca diciendo:
Los políticos no se cansan de exaltar la importancia que las elecciones al parlamento europeo tienen para la Unión y para España. Y en consecuencia, insisten en proclamar con la mayor solemnidad, con retórica encendida y tono engolado lo satisfactorio que resulta ser incluidos en las listas para los comicios del 25 de mayo, como representantes del pueblo, europeo.
Añade que:
Sin embargo, las proclamaciones solemnes de los políticos me parecen poco sinceras. Ahí está la resistencia, o reticencia de Miguel Arias Cañete a encabezar la lista del Partido Popular. Me recuerda la resistencia de Manuel Chaves a ser candidato a la Presidencia de Andalucía en 1990 abandonando el cargo de ministro de Trabajo del Gobierno de Felipe González. La prensa coincidió en proclamarle «candidato a palos» aunque después permanecería en el puesto veinte años.
Concluye que:
La política española al respecto se desarrolla desde el Palacio de la Moncloa y a veces desde el parlamento español donde preferirían estar los personajes más valiosos destinados a Bruselas.