Este 28 de marzo de 2014, Antonio Casado escribe en El Confidencial una columna titulada ‘Violentos, el enemigo común’ en la que arranca diciendo:
Los incidentes por las manifestaciones estudiantiles de ayer (dos jornadas de huelga convocadas en toda España), con media docena de detenidos en el área universitaria de Madrid, cursan como dosis de recuerdo respecto a los sucesos del sábado al final de las llamadas «Marchas por la Dignidad».
Añade que:
La infiltración de radicales nos hizo olvidar el carácter pacífico de la inmensa mayoría de los manifestantes y ahora los términos de la ecuación se repiten en diversas formas de conjugarlos.
Y concluye que:
La insoportable intencionalidad política -léase partidista- que se despacha a propósito de lo ocurrido el fin de semana pasado no nos está dejando ver que los violentos son el enemigo común de los manifestantes de la «dignidad» y los agentes de las UIP (Unidades de Intervención Policial).