OPINIÓN / Isabel Durán

El próximo presidente del Supremo será Juan Antonio Xiol, que votó a favor de la legalización de Sortu

El próximo presidente del Supremo será Juan Antonio Xiol, que votó a favor de la legalización de Sortu
Juan Antonio Xiol Ríos y Carlos Dívar. PD/EFE

El presidente del Consejo General del Poder Judicial dimitirá el próximo jueves. Aunque oficialmente ha anunciado en el pleno extraordinario de este sábado que el día 21 hará pública una «postura rotunda y contundente», a algunos de sus más allegados les ha comunicado ya su decisión de dejar la jefatura del tercer poder del Estado.

Hoy ha hecho su aparición en el Consejo un Carlos Dívar visiblemente abatido que considera «insostenible» la situación, sin embargo, no quiere que el lunes, cuando se celebre solemnemente el bicentenario del Tribunal Supremo bajo la presidencia del Rey con la asistencia de los presidentes de las Cortes Supremas de Justicia de Iberoamérica, la noticia sea la dimisión del presidente del Alto Tribunal.

Aunque los viajes de Dívar no sean constitutivos de delito como dejó claro la Fiscalía General del Estado y posteriormente la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, el presidente del CGPJ se ha equivocado profundamente en la utilización de su cargo para aprovechar una veintena de viajes privados. Resulta inadmisible tal actuación en el ámbito de lo público, máxime cuando se ostenta el más alto cargo del uno de los pilares fundamentales del Estado de Derecho. Pero desde el Presidente del Gobierno anterior hasta el último ministro han estado haciendo uso privado de los medios públicos ante las denuncias de la oposición y de la Prensa y jamás nadie ha dimitido.

Por ello es necesario poner de manifiesto la execrable intromisión mediática en la vida privada sufrida por Dívar. Resultan ominosas las mofas y befas vertidas sobre su persona en algunos medios, que de haberse producido sobre cualquier otro personaje público y por otros medios no precisamente de izquierdas, habrían sido calificadas a todas luces cuanto menos de homófobas.

La salida de Carlos Dívar abre un nuevo escenario bicéfalo en la cúpula del poder judicial inédito en la democracia española. A partir del jueves el vicepresidente Fernando de Rosa, magistrado y ex director de justicia de la Generalitat valenciana con Francisco Camps se convertirá en el presidente en funciones del CGPJ. Por su parte, magistrado de Sala más antiguo del Tribunal Supremo, Juan Antonio Xiol, que preside la Sala Civil del Supremo a propuesta del denominado sector «progresista» será el presidente en funciones del Tribunal Supremo.

Xiol, que se adentró en la política de la mano de Fernando Ledesma con el cargo de director general de Relaciones con la Administración de Justicia cuando Felipe González llegó al poder, formó parte del propio CGPJ a propuesta del PSOE hasta 1996. José Luis Rodríguez Zapatero barajó su nombre como candidato a presidente del CGPJ cuando finalmente se decantó por Dívar. Y más recientemente encabezó el voto de los 7 magistrados que emitieron un voto particular a favor de la legalización de Sortu.

Dos presidentes en funciones para una misma jefatura del Poder Judicial, Xiol y De Rosa, ambos magistrados y que han formado parte de las administraciones central y autonómica con Partido Socialista y el Partido Popular, respectivamente. Una situación de interinidad que no genera precisamente estabilidad en los turbulentos momentos que atraviesa España y que debe ser resuelta a la mayor brevedad por el interés general.

 

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Autor

Isabel Durán

Isabel Durán Doussinague es periodista, escritora, analista y conferenciante. Dirige una Asesoría de Comunicación, especializada en Estrategia, Posicionamiento, Speaker y Cursos de Portavoces.

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