Los independentistas de las Mareas, Compromis y En Comú Podem exigen grupo parlamentario

A Pablo Iglesias le crecen los enanos: sus tres marcas blancas quieren montar su propio tinglado

Las "candidaturas de confluencia" suman 27 escaños, con un marcado carácter soberanista, frente a los 42 de Pablo Iglesias

A Pablo Iglesias le crecen los enanos: sus tres marcas blancas quieren montar su propio tinglado
Pablo Iglesias (c) junto a su madre, Luisa Turrion (d). PD

Los diputados gallegos de En Marea no descartan irse al Grupo Mixto, lo que debilitaría aún más la posición del líder de Podemos

Tienen como ‘pegamento‘ su comparido odio cerval a España y todo lo que representa de verdad, pero algo anda mal en el seno del gran aluvión político que Pablo Iglesias, Errejón y compañía lograron aglutinar para presentarse en las elecciones generales del pasado 20-D.

El grupo parlamentario de Podemos podría, si se acentúan las discrepancias internas,  quedarse con tan sólo 42 diputados en el Congreso, algo que igualaría su peso en la Cámara Baja al de Ciudadanos, que tiene 40 escaños.

Este sería el escenario en las Cortes, si los aliados regionales de Pablo Iglesias (En Comú Podem en Cataluña, Compromís-Podemos en la Comunidad Valenciana y En Marea en Galicia) logran constituirse en un único grupo parlamentario, que contaría con 27 escaños y se convertiría en la quinta fuerza en la Cámara.

Las tres candidaturas que permitieron a Podemos convertirse en la primera fuerza en votos en Cataluña y ser la segunda en la Comunidad Valenciana y en Galicia hicieron campaña con la promesa de formar grupo propio en la Cámara baja. Ninguna, al igual que la dirección de Podemos, quiere darse por vencida.

Su problema es que el acuerdo alcanzado por PP, PSOE y Ciudadanos para colocar a Patxi López como presidente del Congreso ha cerrado la puerta a las pretensiones de Pablo Iglesias de dividir a sus diputados en cuatro grupos: uno para Podemos (con 42 escaños) y otro para cada una de sus candidaturas de confluencia.

Pablo Iglesias ha declarado la guerra a PSOE y Ciudadanos por impedirle consumar este truco, que habría permitido a Podemos triplicar la subvención que le corresponde y contar con cuatro voces distintas en todos los debates parlamentarios.

Cerrada esta puerta, las tres candidaturas de confluencia ya están negociando para constituirse en un único grupo parlamentario, que sumaría 27 escaños y tendría un marcado carácter soberanista.

Se debilita el liderazgo de Iglesias

Fue precisamente la coalición En Comú Podem de Ada Colau la que impuso a Iglesias la celebración de un referéndum de independencia para Cataluña como requisito para apoyar un hipotético Gobierno presidido por el socialista Pedro Sánchez.

También Compromís en la Comunidad Valenciana defiende la formación de los Països Catalans, mientras que En Marea de Galicia simpatiza con las tesis del llamado «derecho a la autodeterminación» de determinadas Comunidades autónomas.

Si finalmente las candidaturas de confluencia logran constituirse en un sólo grupo parlamentario, quedaría más en evidencia que nunca que Pablo Iglesias debe 27 de sus 69 escaños a sus aliados regionales, que defienden intereses muy dispares: Podemos está lejos de ser un grupo cohesionado.

Y también pondría en evidencia la dificultad que afronta el líder del PSOE, Pedro Sánchez, que pretende cimentar la mayoría de su hipotético Gobierno en el respaldo de todas estas fuerzas minoritarias, al que debe sumar además el apoyo o la abstención de ERC y Democracia y Libertad.

LAS FALSAS LÍNEAS ROJAS Y LOS CÁLCULOS

Estamos todavía en la fase de simple postureo, pero los líderes de Podemos, a los que la docilidad con la que se dirige a ellos Pedro Sánchez les hace pensar que lo tienen ‘agarrado por los huevos’, trazaron este 15 de enero una nueva línea roja a los socialistas .

Su secretario político, Íñigo Errejón, dijo que la posibilidad de formar cuatro grupos parlamentarios es un «elemento fundamental» a la hora de entablar cualquier acuerdo o conversación sobre la Mesa del Congreso de los Diputados.

Una exigencia que, como el referéndum de autodeterminación en Cataluña, hace imposible cualquier diálogo con este grupo político que plantea propuestas al margen de la legalidad o, en este caso, que suponen un auténtico fraude de ley.

El resto de los grupos políticos que han conseguido representación parlamentaria en las elecciones del 20 de diciembre no deberían ceder ante una exigencia que no solo intenta burlar la legalidad vigente sino que, además, dificultaría de forma notable la operativa de trabajo del Congreso y lo convertiría en una Cámara de representación territorial.

Sánchez busca el apoyo de los independentistas

Pedro Sánchez ya ha dado un paso en este sentido: el PSOE ha prestado cuatro de sus senadores para que los dos grupos independentistas catalanes puedan formar grupo propio en la Cámara Alta, con los privilegios que todo ello conlleva: una subvención más elevada y representación en todas las comisiones.

Algo que, una vez más, ha levantado ampollas entre los principales barones regionales del PSOE, que no están dispuestos a pagar el elevado precio que exigirían los independentistas para apoyar a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

Durante la última semana, ha crecido el malestar entre los representantes de las candidaturas de confluencia de Podemos por no poder contar con tres grupos independientes.

En caso de que no pueda salir adelante su plan B -constituirse como un grupo único, separado de Podemos-, los seis diputados gallegos de En Marea ya han anunciado que se pasarán al Grupo Mixto.

Algo que debilitaría aún más el papel protagonista con el que Pablo Iglesias pretende erigirse durante la legislatura que acaba de comenzar.

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