La sesión de tarde del 2 de julio de 2012 en el Campus FAES mira a Iberoamérica. Los ponentes son el ex ministro de economía argentino Martín Lousteau y el ex presidente boliviano Jorge Quiroga. Les presenta el director adjunto de relaciones internacionales de la fundación, José Herrera. ‘Abre fuego’ Lousteau. Y arranca sacando el alma argentina, mostrando esa pasión futbolística propia del país austral. Lo hace para felicitar de forma efusiva y extensa a España por la victoria de España en la Eurocopa. A micro cerrado, en el posado para las cámaras (en realidad tan sólo la de la propia organización y la de Periodista Digital) Quiroga también había tocado el fútbol. Bromeó preguntando si podía posar con la camiseta de Xabi Alonso o Piqué.
Ya dentro de la carpa, y tras la felicitación deportiva, Lousteau advierte que viendo determinados hechos como la destitución de Lugo es difícil saber si funciona el Estado de Derecho o no si no se tienen más detalles. Añade que sólo se percibe su ausencia cuando se sufre. En su intervención se incluyen algunas afirmaciones que deberían sonar sorprendentes al pronunciarse en un curso de una fundación que solía presumir de liberal o que, incluso ha tenido como ponente al gran teórico de la bajada de impuestos, Arthur Laffer, tres días antes.
El ex ministro argentino ha elogiado a Franklin D. Roosevelt y su New Deal, consistente en una fuerte subida de impuestos, un gran aumento del gasto público y la creación de numerosos organismos públicos. Lousteau ha dicho que muchas de las instituciones creadas entonces, como la SEC o la Seguridad Social, son los que permiten que “el andamiaje” de EEUU siga funcionando. Pero no sólo eso. Ha citado al economista preferido de la izquierda, incluso por encima del actualmente idolatrado Paul Krugman, John Maynard Keynes. En concreto, la frase elegida ha sido: “Los absolutistas de los contratos son muchas veces los padres de las revoluciones”.
Ha traído a colación la cita del economista británico para pedir no aferrarse a las normas rígidas y aceptar flexibilidad e incluso incumplirlas si es necesario para salvar el Estado de Derecho.
Jorge Quiroga no ha hablado, por el contrario, de la importancia de las normas y el respeto a la institucionalidad. Así, tras hablar del comportamiento de iberoamericanos que no las respetan en sus países pero sí si viajan a EEUU, ha dicho:
“No está uno genéticamente codificado para infringir las normas, más bien es la institucionalización amplia donde está el problema”.
Ha tenido el boliviano un punto de elogio a la banca española y su influencia en el continente americano: “La llegada de la inversión española en servicios financieros trajo buena institucionalización financiera”. No sólo en los productos sino en “buenas prácticas” a la hora de trabajar. Recuerda que en España “los problemas están solamente en cajas, no en bancos” en parte gracias a su presencia en Iberoamérica. En otro punto ha hablado de la realidad española, al presentar un ejemplo de que derechas e izquierdas no son siempre conceptos claros. Ha recordado que en la última cumbre europea Rajoy, de derechas, estuvo junto a Hollande, de izquierdas, frente a Merkel, de derechas.
Sobre Iberoamérica, Quiroga ha dicho que Chávez “ha tenido una influencia desproporcionada en la región para el país del que procede”. Esta se ha debido, explica, al su gran talento político y su uso de los medios y una estrategia de “populismo para llegar, hegemonía para afianzarse y tiranía para quedarse”. Ha mostrado su esperanza de un futuro de la región libre del populismo y ha dicho que las reservas de litio son una gran baza para la zona.
También se ha mostrado crítico con EEUU y sus últimos mandatarios. Ha destacado que es un país que tuvo un presidente como Kennedy que pronunció el “yo soy berlinés” para apoyar a la ciudad alemana cuando se alzó el muro, y otro como Reagan que reclamó a Gorbachov “tumbe este muro”. Por eso, ha añadido, es contradictorio, que sus últimos presidentes compitan por ser el que levanta más rápido otro muro, en la frontera con México. De esta barrera ha dicho que es “un muro peculiar, que impide que pasen las persones, pero la droga sigue entrando”.
Con su intervención y las posteriores preguntas concluye una jornada en la que la presencia de altos cargos del PP ha sido sensiblemente inferior a la de los días anteriores. Tal vez la reunión de la Junta Directiva Nacional del Partido Popular en Sevilla haya tenido algo que ver con eso. En cualquier caso, en los corrillos tampoco se ha comentado demasiado sobre dicho encuentro.

