Alejado de su estilo habitual, el de la tranquilidad y dejar que el paso del tiempo resuelva los problemas, Mariano Rajoy se ha actividado un año antes de las elecciones municipales de 2019. Al menos en lo que concierne a la capital de España.
Después de la experiencia de las locales de 2015 en las que tardó un mundo en designar candidato, que en ese caso fue candidata, Esperanza Aguirre, ahora, con los datos demoscópicos en la mano no quiere que Ciudadanos se siga disparando en los sondeos y para ello tiene a su mirlo blanco, Pablo Casado.
El vicesecretario de Comunicación del PP es la apuesta más sólida, por no decir la única, que maneja el presidente del Gobierno para tratar de recuperar el codiciado bastión que es Madrid tras cuatro años de pésima gestión podemita.
El problema para el PP le sobreviene por el subidón de Ciudadanos. Los naranjas no se conforman con ser cuartos, ni terceros ni segundos. Ni aquí ni en otras grandes ciudades –Tras ‘fichar’ a Valls para la alcaldía de Barcelona, Rivera anuncia que toca a más gente para Ciudadanos-.
Van a por todas en Madrid y en una jugada que ha hecho ya saltar chispas en sus propias filas, parece que que Albert Rivera ha considerado seriamente la opción de ‘relevar‘ como cabeza de cartel a Begoña Villacís -que podría ir de segunda o incluso ser reservada para otras funciones incluidas las ‘ministeriales’- y apostar por un ‘Manuel Valls’ para la capital. Y quién mejor que el del Premio Nóbel de Literatura Mario Vargas Llosa, aunque el enfado de las bases anaranjadas es considerable –¿’Villazasca’ a Villacís? Albert Rivera propone a Vargas Llosa que sea el ‘Manuel Valls’ de Ciudadanos en Madrid-.
Por eso, dentro del PP se piensa que cuanto antes se ponga sobre el tapete un nombre conocido, con presencia mediática y buena planta, mejor para obtener una acaudalada bolsa de votos en junio de 2019.
El plan de Génova es que Casado esté acompañado por Juan Carlos Vera, fontanero de confianza de Rajoy, encargado de diseñar las listas y la campaña electoral. Vera ya pilotó con éxito la sucesión de Esperanza Aguirre hacia Cifuentes, con ésta de presidenta y llevó la campaña en 2015 a la Comunidad. Casado sería el protagonista político principal.
Tal y como señala ABC, Casado suma apoyos de todos los sectores madrileños. Y no despierta recelos en nadie, ni en la dirección nacional ni en La Moncloa. Y eso es mucho. Su carta electoral se descubrió hace un año, tras fracasar el intento de Juan Vicente Herrera de hacerle su sucesor en Castilla y León frente a Alfonso Fernández Mañueco. Desde entonces se le apunta como candidato en Madrid. Él se deja querer.
¿AYUNTAMIENTO O COMUNIDAD?
Una disyuntiva que se ha generado en estas últimas semanas, pero con especial fuerza desde el 25 de abril de 2018, es saber si a Casado realmente conviene mandarlo al frente municipal o intentar que luche por preservar para el PP la presidencia de la Comunidad de Madrid.
La dimisión de Cristina Cifuentes deja un vacío importante y, salvo sorpresa, no se confía en que alguno de los 47 diputados que acompañaban a la ya expresidenta en la Asamblea de Madrid vayan a ser candidatos regionales a los comicios de 2019. Se prefiere alguien con un perfil cercano, conocido, joven y que sepa conectar con los ciudadanos. Casado cumple con esos requisitos, aunque es verdad que la mayor preocupación de Rajoy es recuperar por encima de todo el Ayuntamiento capitalino.