Es lo que tiene ir de sectario por la vida y de expedir carnets que permitan presidir una institución independientemente del resultado en las urnas. Como reza el clásico, en determinados casos hasta las compresas pueden dar lecciones magistrales; si se hace la chapuza, al menos que no se note, que no traspase –Inés Arrimadas y su marido se han convertido en ejemplares de la especie ‘trashumante’-.
Esto es lo que le ha sucedido al líder de ERC en las elecciones municipales para dirigir el Ayuntamiento de Barcelona. Ernest Maragall, ganador de los comicios en la Ciudad Condal, aunque muy lejos de la mayoría absoluta, se apunta a la tesis de que tiene que gobernar el partido más votado –La valerosa Inés Arrimadas planta cara a unos golpistas que la amenazan de muerte-.
El problema que se le plantea a Maragall es que le han dicho directamente que, aplicando el mismo razonamiento lógico, la que fuera líder de Ciudadanos en el Parlamento catalán y ganadora de los comicios autonómicos en 2017, Inés Arrimadas, debería de ser con todas las de la ley la presidenta de la Generalitat –La foto de Inés Arrimadas de hace 10 años que deja hasta con buena cara a Fernández de la Vega-.
ERC i JxC estan a favor de que @InesArrimadas sigui Presidenta de la Generalitat. https://t.co/90fdIplMul
— Arqueòleg Glamurós ? (@arqueoleg) 31 de mayo de 2019
En ERC ni han entrado al trapo ante tremendo baño de realidad. No obstante, ellos son como el insoportable personaje del anuncio de Scatergories, que hay que aceptar por sus republicanos decretos ‘pulpo como animal de compañía’ –Así es Núria de Gispert, la guarra ‘indepe’ que llama «cerda» a Inés Arrimadas y recibe premios de Torra-.
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72

