El pax de deus es un arte que exige un alto grado de precisión y una sólida experiencia, como bien sabe diptyque con sus sesenta años de fidelidad a los contrastes: el negro y el blanco, la tradición y lo contemporáneo, lo estilizado y el motivo elaborado, la libertad y el rigor… Otros tantos dúos que, basados en el contraste, han forjado la estética y el espíritu de la Casa, su modernidad y su intemporalidad, su genio que se complace en crear originales cruces entre épocas y mundos, artes plásticas clásicas y vanguardias.
Con ocasión de su 60 aniversario, diptyque mantiene la línea que marca su evolución, nutriéndose de su propia historia para reinventarse y sorprender una vez más.
Breve regreso al pasado: estamos en 1961. Christiane Montadre, Desmond Knox-Leet e Yves Coueslant, los tres fundadores de la Casa, ex estudiantes de arte unidos por una misma sensibilidad creativa, inauguran la primera tienda diptyque en París. Ese mismo año, su pasión por el diseño gráfico y textil los lleva a crear los motivos de los tejidos Choriambe, Fabliau, Paladin y Légende, a los cuales pronto seguirán Sarayi, Prétorien y Basile.
Su estética geométrica, minimalista y llena de color sorprende por su carácter novedoso. Igualmente impactantes resultan su audacia gráfica y su capacidad de multiplicar los efectos ópticos. Enseguida se establecen los códigos de diptyque: la forma oval, la repetición de las líneas y los motivos, el juego de formas y colores que interactúan en sus diseños.
Se retoman la posición central del óvalo y la singularidad del grafismo de la Casa. Tomando elementos tanto de la arquitectura clásica como del arte abstracto de aquel momento, su estética responde simultáneamente a su época y a todas las épocas. Divertirse recreando las épocas para entretener la mirada: el trío de artistas se complace en revisitar los cánones clásicos. Inspirado en los medallones del siglo XVIII, el óvalo del tejido Prétorien es también el de la etiqueta de las fragancias y aromas de diptyque.
Sus sobrias líneas en negro y blanco níveo albergan los caracteres danzarines que definen la tipografía de la Casa, inspirada en el alfabeto celta, y las ilustraciones realizadas con tinta china hasta 2006 por los fundadores, a quienes seducían las técnicas del grabado
Como soporte de experimentos gráficos y medio de implicar al observador, el óvalo se convierte en una invitación a entrar al mundo de diptyque, caracterizado por su gran profusión creativa y narrativa, por una abundancia de motivos y detalles y esa libertad creativa tan propia de la Casa. En diptyque reina el espíritu lúdico. En cada etiqueta, en cada producto, la letra se vuelve signo, el nombre se convierte en dibujo y la ilustración aporta un formidable campo de juegos.
Un sexagésimo aniversario gozoso y participativo
Sesenta años más tarde, la misma dimensión gozosa y participativa caracteriza la primera colección de aniversario, que retoma los códigos y la historia de la Casa celebrando su legado gráfico. Derivados de los juegos de líneas del óvalo, que hacen vibrar el negro y el blanco, los motivos gráficos inéditos que visten las cajas y los frascos de las cuatro fragancias míticas multiplican los efectos ópticos, dedicados a desestructurar el óvalo emblemático solo para revelarlo mejor
Decorada con un juego de líneas negras sobre fondo blanco, cada vela se distingue por la naturaleza y la intensidad del trazo que la decora: superposición de curvas finas para la fragancia Baies, formas concéntricas que se precipitan para Figuier, alternancia de verticales contrastadas para Roses y cruce de sombreados nerviosos para Tubéreuse. El óvalo superpuesto sobre cada motivo se destaca de diferentes maneras, con trazos cóncavos, finos o gruesos. Como en el “vals a mil tiempos” de la célebre canción, el motivo vibra y baila como nunca.
Fiel al espíritu y a la historia de la Casa, el color afirma su presencia: evocación olfativa de cada fragancia, el rojo, el verde, el rosa y el azul, respectivamente, distinguen por primera vez el óvalo central en relieve, suavizando al mismo tiempo el juego del negro y el blanco.
Creada por el diseñador Yorgo Tloupas, conocido por su moderno enfoque del grafismo y su dominio creativo en tipografía y logotipo, la presentación de las velas de esta colección en edición limitada ofrece una experiencia no solo visual, sino también sensorial, gracias al portavelas especialmente creado para acompañarlas.
Al hacerlo girar en torno a la vela, el objeto cambia de apariencia sin cesar. La asociación del objeto y la vela, la superposición de motivos y líneas, hace bailar los óvalos y arranca destellos tanto al ojo como a la llama. Luz y movimiento se combinan para hipnotizar la mirada. Cobrando relieve en Baies, pasando del círculo al rombo en Figuier, adoptando efectos muaré en Roses, cuadriculado en Tubéreuse, el óvalo diptyque desaparece para reaparecer mejor definido aún.
Retomando el espíritu participativo que caracteriza a la Casa desde sus inicios, la nueva colección diptyque ofrece una verdadera experiencia interactiva, una invitación a percibir, a sentir y a sorprenderse. Una experiencia que alía línea, color, gesto y juego en un mismo impulso inspirado, para rendir un homenaje lúdico y vibrante a la creación gráfica de diptyque.
Vela perfumada: 34€ (70 g) / 62€ (190 g) Juego de tres velas de 70g (Baies, Figuier, Roses): 100€
Juego de un fotoforo con una vela de 190g de su elección: 132€ con una vela edición limitada
122€ con una vela clásica
