Las elites catalanas se han pasado el tiempo alentando y consintiendo, financiando, el delirio catalanista, que no tiene justificación histórica ninguna, ni lógica, ni sentido, y cuando las consecuencias de tanto desbarre, de tanta locura, comienzan a hacerse evidentes incluso para ellos, en lugar de avergonzarse y pedir perdón por tanto mal como han hecho, recurren a lo de siempre: al lloriqueo y la actitud pedigüeña.
Se habían procurado la imagen de laboriosos y sensatos, pero la que va a quedar al final será la de aprovechados y escasos de vergüenza. ¡Qué actitud tan poco señorial la suya! El señorío no es lo que más han cultivado a lo largo de la historia. Conviene reparar en ello.
Todo el delirio catalanista está construido a base de mentiras, tergiversaciones, rapiñas y fraudes. Al final, lo único cierto en los catalanistas será su destreza en el lloriqueo.
Copio uno de los ejemplos del talante catalanista: «Pese a lo que la “interesada” Enciclopedia Catalana afirma, Cortes de Pallás no fue donada por Jaime I a Juan de Pallars en 1232. Pues no sería hasta el siglo XV cuando un Pallás aparece en ella». Extraído de la web Cortes de Pallás punto es.
Otro de los ejemplos sería el de la variante dialectal que usan (infecta e infame, según M.Batllori), construida artificialmente en contra del español, al que intentan sustituir allá en donde piensan que pueden hacerlo, en un intento tan estéril como infame. Lo dicho anteriormente: está por ver que un catalanista tenga señorío. Esos golfos pretenden ahora que Valencia se escriba con un ridículo palito sobre la e.
El Círculo de Economía Catalán pretende que seamos los demás españoles los que paguemos la destroza que han hecho los catalanistas con su desvarío. Lo suyo es quejarse y pedir. Siempre quejarse y siempre pedir. Lo dicho: les falta señorío, les falta grandeza (como al conde de Godó), les falta vergüenza.
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‘El Parotet y otros asuntos’
‘Diario de un escritor naíf’
‘Yo estoy loco’
‘Valencia, su Mercado Central y otras debilidades’
‘1978.El año en que España cambió de piel’
‘Tránsito en la mirada’
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