Es lógico que el personal se impaciente, porque diga lo que diga Tezanos, todo el mundo quiere que caiga Sánchez. Y al decir ‘todo el mundo’ me refiero a todos los que nunca olvidan la cartera. Porque una cosa es ser un estúpido sectario y otra preferir perder dinero. Y no solo perdemos dinero.
El caso es que Feijóo está esperando que Sánchez caiga por la ley de la gravedad, pero el Felón no tiene ninguna intención de caer jamás y siempre está ideando trampas que le permitan salir de los atolladeros en que se mete, porque cuando sale de uno ya está en otro. Siempre tiene algo que no es suyo sino de los españoles que le sirve para pagar a quienes lo apoyan. Hasta le paga al rey de Marruecos con lo que viene a ser una traición en regla al pueblo saharaui.
Feijóo no da idea de haberse dado cuenta de que cuando llegue a la presidencia del gobierno, si llega, todo no va a ser sentarse ante la mesa y firmar leyes y decretos y examinar informes. Hay una tarea ingente que hacer, porque si deja las cosas como están luego puede llegar otro felón y hundir de nuevo a España en la miseria. Hay que cambiar todo, empezando por la Constitución -y lo más prudente sería encargar una nueva a una serie de personajes relevantes sin vinculación política-, y luego habría que consensuar otra ley electoral y reducir la Administración de modo considerable, suprimiendo todas las televisiones regionales, todos los chiringuitos prescindibles, fusionando pueblos, etcétera.
En definitiva, hay que construir un sistema democrático potente, que no permita que ningún aventurero, como es el caso actual, haga de su capa un sayo, patee la Constitución, la sensatez, la lógica y el interés común, todo para beneficio propio y de su tribu de gentes domesticadas y agradecidas.
