El hecho se registra después de que en diciembre del pasado año una joven de 24 años denunciara lo acontecido
El Tribunal Eclesiástico de Mallorca ha declarado culpable de abusos sexuales a menores al párroco de Can Picafort (Mallorca), Pere Barceló Rigo, por lo que se le ha impuesto la máxima penal canónica, que es la expulsión del estado clerical.
El hecho se registra después de que en diciembre del pasado año una joven de 24 años de edad denunciara, en el juzgado de la localidad mallorquina de Inca, que cuando contaba con tan sólo diez años de edad, y hasta los once, fue víctima de reiterados abusos sexuales por parte del citado.
Violada en repetidas ocasiones a su decir, fue ‘sorprendida’ en una ocasión en la rectoría escenario de los supuestos abusos por su catequista, quien raudo y veloz puso el caso en conocimiento de sus superiores.
Por entonces, sin embargo, tan sólo recibió por parte de éstos evasivas varias. No obstante, y a raíz de otras informaciones que involucraban al mismo sacerdote en casos semejantes en otros destinos, todos ellos relacionados con niñas, el exobispo de Mallorca, Jesús Murgui, decidió apartarle fulminantemente en marzo de 2011 de su misión pastoral prohibiéndole cualquier ejercicio derivado de la misma.
En un comunicado, el Obispado de Mallorca informa de ahora la decisión de la Iglesia de declarar culpable Pere Barceló Rigo «de la comisión de delitos contra el sexto mandamiento del Decálogo con menores».
Con todo, el Tribunal Eclesiástico considera «gravísimos los delitos», por lo que «le impone la pena máxima de la expulsión del estado clerical, prohibiendo totalmente el ejercicio de su ministerio sacerdotal».
Los actos del proceso serán enviados a Roma para la ratificación de la sentencia emitida en Primera Instancia. A partir de ahora, el sacerdote puede acogerse al derecho de apelar la sentencia en el Vaticano, en el Supremo Tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El Obispado de Mallorca ha señalado que el Tribunal Eclesiástico se ha atenido al ordenamiento jurídico vigente de la Iglesia de Mallorca, tras el proceso penal oportuno.
Cabe recordar que en 1998 hubo otra denuncia contra el párroco, si bien fue archivada por falta de pruebas.