» Me acaba de confirmar Gustavo que mi padre tiene una orden de detención «. (Feria de Sevilla. Lunes 16 de Abril de 2018. La frase pertenece a María, la hija de Gil Silgado, un empresario sevillano arruinado y encarcelado por estafa que adquirió relevancia pública por su relación con María Jesús Ruiz. Padre e hija acaban de protagonizar un incidente en la caseta ferial cuya titularidad ambos se disputan. Y allí está Telecinco, en directo para Sálvame, el reportero que defiende las bondades de la dictadura franquista y atiende las necesidades de la pequeña de Las Campos. El testimonio, reiterado de nuevo en un polígrafo de Sábado Deluxe cinco días después, no ofrece la más mínima duda: es una confesión.)
» Quiero saber quién te hace llegar el material! Cuéntalo! » – Kiko Hernández
» Habla con Dirección » –Gustavo González
( Plató de Sálvame en Mediaset, Fuencarral. Jueves 8 de Marzo de 2018. Refriega monumental entre el papito de las californianas de pago, condenado a prisión por apropiación indebida y que confesó padecer un cáncer de páncreas del que parece haberse recuperado milagrosamente. Mercedes Milá le retrató como «dañino, mentiroso y mala persona.» En el otro lado del cuadrilátero, Gustavo González, un fotógrafo de prensa rosa, hijo de un guardia civil chusquero, que se proclama seguidor de Podemos, que durante ocho años engañó a su mujer e hijos ( con el conocimiento y complicidad de todo el plantel salvamita ), entregándose a los brazos de la pornofriky María Lapiedra, una independentista catalana, experta en montajes audiovisuales y en rodajes de bajo coste, a la que sus compañeros llaman «princesa» ( prostituta ) para eludir las sanciones que deberían imponerse en atención al horario infantil protegido ).
Funcionarios adscritos al departamento de Asuntos Internos de la Policía Nacional detuvieron, interrogaron y entregaron a la autoridad judicial al paparazzi. Se acusa al colaborador-estatua de obtener información sometida a máxima protección legal de manos de un funcionario corrupto, del que se declara amigo, igualmente procesado, y de un delito de cohecho. Porque entiende el investigador que no hay persona en su sano juicio que se aboque a la pérdida del empleo y al reproche penal que determine, en su caso, la autoridad competente, sin que haya mediado tráfico comercial en cualquiera de sus múltiples variables.
En fase de Diligencias Previas, anteriores a la Instrucción que se avecina, el colaborador al que disfrazan por las tardes a modo y manera de Estatua del Rastro, investigado y ya imputado, se enfrenta a penas de prisión de uno a cuatro años. Pero hay más: la investigación policial y judicial podría alcanzar a otros directivos de La Fábrica de la Tele, toda vez que el propio Gustavo González se remitió a ellos cuando fue interpelado. De reunirse las pruebas necesarias, y qué mejor prueba que el propio testimonio de parte en directo y públicamente, podría recaer una acusación de organización criminal, con el consiguiente incremento de condena que establece nuestro Código Penal. Añado aún más: tengo constancia directa que algunos de los perjudicados por la difusión masiva, intensiva, desde hace diez años, de fichas policiales, trámites, atestados, historial de antecedentes y demás información sometida a máxima protección, y su acceso a un protocolo de actuación y justificación muy exigente, además de prohibida su divulgación, más aún si responde a una actividad remunerada…. en unos casos, se han personado ya en sede judicial para ejercer la acusación y proteger sus derechos mancillados…. en otros, es cuestión de días.La lista de perjudicados por las conexiones del procesado con las cloacas uniformadas, como bien saben los seguidores habituales del programa es muy numerosa.
FRANCISCO RODRÍGUEZ
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