Lo de Lucía Etxebarría entrando como concursante en ‘Campamento de verano’ (T5) ha sido el mayor shock televisivo del mes. Para muchos, la ganadora del premio Planeta es una especie de mártir que se ha visto obligada a vender su alma al diablo para poder sobrevivir y para otros, una traidora y una hipócrita que ha perdido la dignidad. Ni tanto ni tan calvo. La escritora, en todo un alarde de soberbia, ha escrito una carta en la que explica sus motivos e insulta a los que ahora mismo la dan de comer y aparte de eso, como concursante, ha vivido una experiencia terrible y muy grave durante su primera noche en la Sierra de Gredos.
EL DOBLE JUEGO
Lo que le ha pasado Lucía Etxebarría, la «mujer de los perros» para sus nuevos compañeros de reality, es un hecho discutible que, como mínimo, invita a la reflexión. El pasado 16 de julio de 2013 se estrenó ‘Campamento de verano’, un concurso de bajo presupuesto que T5 se ha sacado de la manga para la época estival. Hacia el final de la primera gala (más bien fue una presentación express), apareció la autora de ‘Beatriz y los cuerpos celestes’ compartiendo plano con personajes como Olvido Hormigos, el padre de Desireé (GH14), Karmele Marchante (T5) o Mónica Pont. ¿Qué pintaba alguien como Etxebarría en ese circo? Ella misma lo explicó: Una deuda con hacienda.
En primer lugar en toda esta historia hay un sospechoso doble (o triple) juego moral que huele a rancio. Por un lado, la actitud de Telecinco es extraña pero efectiva. Desde la cadena se está invitando al debate.
¿Crees justificado que un Premio Planeta entre en un reality por deudas?
Esta es la pregunta que se le hace al internauta desde la web del canal. Miremos la ironía. Para empezar, sólo por plantearse esta cuestión Telecinco está admitiendo que su programa es muy bajo como para que entre un nombre de la talla de Lucía Etxebarría. Además, como ya nos percatamos durante el estreno del programa, Mediaset no pierde la oportunidad de referirse a la escritora como ‘Premio Planeta’, lo que a muchos nos suena a recochineo contra Antena3 (puesto que esta cadena pertenece a ese grupo).
Es decir, que el mensaje de Telecinco parece ser que es: » Vosotros (A3), que váis de serios y eruditos, al final tenéis que pasar por el aro de la telebasura, léase, nosotros».
LA CARTA DE LUCÍA ETXEBARRÍA
Luego está la opinión que la propia Lucía tiene de sí misma y que a nuestro juicio, posee cierta falta de humildad. Antes de su entrada en el reality, la escritora, que ha ganado otros muchos premios además del Planeta, escribió un comunicado para sus amigos, familiares y colegas en el que explicaba los motivos que la han llevado a participar en ‘Campamento de verano’.
En la carta titulada ‘La solución a mis problemas’, Lucía escribe:
Queridos amigos, a estas alturas todos debéis saber que he entrado como concursante en un reality show: El Campamento de Verano de Tele5.
Que… ¿por qué he hecho semejante locura? La razón es muy simple: Debo una pasta a Hacienda.
No es que diga que sea pobre de solemnidad, pero no puedo obtener de la noche a la mañana, chasqueando los dedos, una cantidad como la que me piden.
Pero tú has ganado un Planeta… me dicen siempre. Sí, y de eso hace ocho años. Hacienda se llevó ya un pico, y lo que quedó se fue en pagar la casa en la que vivo y la casa de Marruecos. Que no es una casaza, no . Está perdida en medio de la nada.
Cuando las oportunidades nos salen al paso, no suelen ir vestidas como esperábamos encontrarlas. No vienen disfrazadas ni de historia de amor pasional ni de coche deportivo. Suelen llegar vestidas con los ropajes más estrafalarios
En fin, después de un año dándole todo tipo de vueltas a de dónde narices sacaba dinero para la fianza, fianza que me exigen hasta que se solucione un recurso por una presunta irregularidad fiscal que NO he cometido, empiezo a pensar que tendré que poner la casa como aval, pero es la casa en la que vive mi hija, y no quiero arriesgarme a perderla si las cosas vienen mal dadas, porque el banco tasa muy, muy por debajo del precio real. Para colmo, si pongo la casa como aval eso supone un coste enorme porque el banco cobra por el papeleo, y cobra mucho..Y entonces, tras hacer un conjuro en la superluna del nueve de junio pidiendo dinero, se me presenta la oportunidad.
Me llamaron para hacer un reality. Me ofrecieron ir a Acorralados.
Interminables conversaciones con amigos y con Nagore y Janire Robles al respecto. Yo no quiero ir pero sí es cierto que es la única forma de arreglar el problema de un plumazo. Al final, veo que no me va a quedar más remedio.
Y en esto me llaman de la Comunidad de Madrid. Hace tiempo presenté mi solicitud para la acogida de un menor. Han dado curso al expediente. Muy amable, la chica que me llama me dice que en septiembre me llamarán para hacer el estudio psicosocial. Eso quiere decir que tengo que decir que no a Acorralados, o me arriesgo a perder la oportunidad. Yo decido pues no ir a Acorralados.
Pero por otra parte, y bien me lo decía mi madre… ¿cómo vas a acoger a un niño si tienes problemas de dinero? Volvemos a la casilla de salida: tengo que conseguir dinero de algún lado.
Llamo a mi madre. Mi madre se ofrece a prestarme dinero. Pero sé que para que mi madre me preste el dinero ella tendrá que vender algo, y no me apetece lo más mínimo forzarle a eso. Le digo que creo que es mejor que acepte la oferta. Casi me pongo a llorar.
Las dos mujeres más importantes de mi vida son, evidentemente, mi madre y mi hija. Bueno, mi hija aún no es una mujer pero no quería escribir » las dos hembras más importantes de mi vida». Ha sido una de las decisiones más difíciles de mi vida. La tomé por mi hija. Y llamé a mi madre para comunicársela convencida de que, como tantas otras veces en mi vida, me iba a encontrar con la misma respuesta de siempre » Al diablo se le ocurre» – es una de sus expresiones favoritas – «Tú no estás bien de la cabeza, pero ¿cómo he podido criar yo una hija así? No sé a quién habrá salido porque a mí seguro que no sale». Sorprendentemente, sucedió todo lo contrario. Me entendió, me ofreció su ayuda, me dijo que estaba allí para todo lo que necesitara. Es una decisión que va a costar un aluvión de críticas pero pensé: » Si mi madre me apoya, me da igual quien me critique». En el fondo, como tantas otras mujeres, me he pasado la vida dividida entre la búsqueda desesperada de la aprobación de mis padres, y mi deseo de hacer lo que yo consideraba lo acertado, que casi nunca coincidía con lo que mis padres consideraban acertado, y sufriendo mucho por ello. Por eso, cuando vi que mi madre me apoyaba, me di cuenta de que todas las críticas que reciba – que van a ser muchas – me van a dar más o menos igual porque la opinión que más me importaba ya la tengo de mi lado. También cuento con el apoyo de mis amigos más íntimos, que en principio me desaconsejaban irme pero que, cuando han sabido lo que voy a hacer, me han apoyado.
Mi madre solo me pidió una cosa: Que no me liara con nadie estando en el campamento y que no enseñara nunca los pechos. Lo he prometido y lo cumpliré.
Tomé la decisión por instinto porque no tenía mucho tiempo para pensármelo. No la medité. Sigo sin estar muy segura de lo que decidí.
Sé que esto me va a costar muchos problemas. Y muchísimos ataques. Sí, sé que me voy a un programa basura y sensacionalista, a un programa que yo misma he criticado millones de veces. Sé que es incoherente. Sé que parece poco digno. Pero la dignidad no es una cuestión externa, se lleva dentro. Y para mí la dignidad consiste en garantizar que mi hija no va a perder su casa y que si llega un niño en acogida a vivir con nosotras, voy a disponer tanto de dinero como de tiempo para cuidar de él.
Para que os hagais una idea, lo que me pagan por semana supera a lo que me pagaron por ‘Liquidación Por Derribo’, un libro que tardé varios meses en escribir y cuya documentación estuve varios años compilando.Pero que quede claro: Yo he pagado mis impuestos siguiendo las propias instrucciones de la Agencia Tributaria, y he recurrido su decisión. No soy ninguna delincuente fiscal ni nada por el estilo. Pagué mis impuestos religiosamente, y no entiendo el por qué de todo este lío.
En fin, no me ha hecho ninguna ilusión irme para el campamento y convertirme en carne de cañón, pero he tenido mucha suerte de poder ir y lo reconozco y lo agradezco. La solución llegó como maná caído del cielo.
Me he ido al campamento porque, tal y como estaban las cosas, no quedaba otro remedio. No sé lo que va a suceder con el personaje que veáis en televisión
No estoy particularmente contenta con la decisión que he tomado pero creo que era la vía más rápida. Confío en no hacer excesivamente el ridículo y en ser capaz de controlar mi proverbial mal genio vasco para que media España no me vea pegando gritos en pleno síndrome premenstrual. Esto va a ser un ejercicio en el Zen y en el autocontrol.
Sé que probablemente haya metido la pata. Pero, al fin y al cabo libertad radica en la capacidad de atreverse a vivir con las consecuencias de las propias decisiones.
Sintiéndolo mucho, pero la actitud de Etxebarría nos parece que peca de una arrogancia casi ofensiva. Para empezar la escritora está hablando de clases, de que se ha visto ‘obligada’ a rebajarse a un inframundo que denomina como «basura» . Si ella no quiere que la juzguen por su decisión, que no juzgue a los que la acompañan. El resto de concursantes, de este o de otro programa, no son inferiores a esta mujer por ser menos cultos o por no ganar un Planeta.
El debate en sí, implica una cortina de humo que cubre el tema más importante: Esta señora es una afortunada. Ella lo admite, sí, pero antes nos dice que prácticamente ha llorado lágrimas negras hasta tomar la decisión ¿Pero qué decisión? Madre mía, ni que hubiese entregado a uno de sus hijos a los nazis. Por favor, que va a un programa de TV en el que la pagan un pasta. Siento hacer demagogia pero yo, como la Etxebarría, me siento ‘obligado’ a hacerla: ¿Quién, en tiempos de desahucios, tiene la fortuna de recibir una oferta como la que ha recibido esta dama? Pocos, señores, muy pocos.
Y el colmo de la ironía es que mientras que Lucía Etxebarría y su ‘gran sacrificio’ es debate nacional, la misma cadena que la paga, Telecinco, invitó ayer (17 de julio de 2013) a una buena señora a ‘Hay una cosa que te quiero decir’, cuyo marido se había suicidado por culpa de la crisis y que se iba a quedar sin casa. Eso si que me encogió el corazón, no sólo por el drama, sino porque T5, a esta mujer no le dió ningún cheque.
LA MALA PRIMERA NOCHE DE LUCÍA ETXEBARRÍA
A estas alturas, los motivos por los que la novelista ha decidido entrar en ‘Campamento de verano’ ya me dan igual. Yo, como comentarista, voy a valorar su papel como concursante y como tal he de decir que la Etxebarría, en pocas horas, está dando mucho juego.
En sus primeros minutos ante las cámaras, ya se molestó con uno de los miembros del jurado, Jimmy G. Arnau, por llamarla «gorda» cuando ella misma se había tildado de tal cosa al presentarse.
Luego, como salió nominada, el concurso le dijo que le iba a dar el privilegio de elegir a los compañeros con los que pasar la noche. No fue así porque la otra nominada, Carmen Bazán, fue la que escogió y a ella le dieron las sobras, es decir, todos los hombres.
Pues bien, el 17 de julio de 2013, en ‘Sálvame’, Kiko hernández, que también es juez del reality, dijo que la noche anterior, Lucía había salido «despavorida» de su cabaña por una cosa «muy grave» que había ocurrido con sus compañeros:
Es lo más fuerte que he visto nunca en la primera noche de un reality
Al parecer, Etxebarría había visto y escuchado algo en su cabaña que la asustó tanto que salió corriendo a contarselo a Olvido Hormigos y a la dirección del programa, exigiendo después que la cambiaran de ubicación.
¿Qué habrá pasado realmente? La respuesta la sabremos en la gala de ‘Campamento de verano’ del jueves 18 de julio de 2013 a las 22.00. Es genial cómo T5 nos incita a hacer publicidad de sus programas. Genial.