Jorge Javier Vázquez le ha dedicado su último post de Lecturas a José Antonio Avilés, le llama “trepa”, le humilla y asegura que el exconcursante de ‘Superviviente 2020’ ya no le interesa como personaje. Menos mal, porque gracias a él Telecinco está arrasando en audiencia.
¿Somos hipócritas con José Antonio Avilés?
En 2019 se estrenó la tercera temporada de ‘Paquita Salas’ y a todos (los que la vismos) nos encantó. Una de sus tramas principales versaba sobre Ana Allen-la actriz que se inventó toda una carrera ficticia en Hollywood-, sobre su redención y sobre cómo la opinión pública se había sobrepasado con ella.
Ahora, los que aplaudían a Los Javis por su valentía al no juzgar a una mentirosa como Allen, son los mismos que se desquitan con José Antonio Avilés, ahí se incluye Jorge Javier Vázquez (admirador confeso de la serie de Netflix).
¿Qué pasa, que a Ana Allen la perdonamos porque lo dicen los ‘guays’ (Los Javis) pero como Avilés pertenece a la telebasura, a las cloacas mediáticas, a ese le utilizamos de felpudo?
Avilés es un mentiroso. Eso no se duda. ¿Un estafador y un criminal? Seguramente. No tiene excusa. Puede que justificación pero de su juego han participado todos. Ha sido Telecinco la empresa que le ha levantado para luego destrozarle. Y lo peor es que, machacando al mentiroso, ellos se forran porque el cordobés ha sido el mayor reclamo de audiencia durante las últimas semanas
Jorge Javier Vázquez vuelve a atacar a Avilés
Es por todo ello que resulta chocante y gratuito el último post de Jorge Javier Vázquez en su blog de Lecturas. En él, el presnetador comienza cargando y despreciando a Avilés d ela siguiente manera:
La noche del miércoles me toca trabajar, un ‘Última Hora’ de ‘Supervivientes’ en el que entrevistamos a José Antonio Avilés. Máxima expectación por ver cómo sale del embrollo el muchacho. Empieza la entrevista bien, pidiendo perdón por los errores cometidos e intentando apelar a la compasión del espectador mostrándose como un pobre niño desvalido que metió la pata por crearse una vida paralela.
Lo cierto es que al principio me la cuela pero, en cuanto avanzan sus explicaciones, se va destruyendo poco a poco su coartada y aparece el verdadero rostro de Avilés: un trepa fascinado por la popularidad que está dispuesto a hacer lo que sea por arañar una cuota de pantalla.
Sus maneras recuerdan a las de Rosa Benito cuando estaba en la cima. Alega que no es un estafador sino un moroso, pero conforme vamos conociendo más detalles de su comportamiento deja de hacernos gracia: debe cantidades no muy grandes de dinero a demasiada gente. Gente que lucha para sacar adelante un negocio y que cualquier cantidad que deja de cobrar puede suponerle un quebradero de cabeza.
Y por último, Vázquez apunta a que:
Sé que tras su entrevista del miércoles Avilés se mostró satisfecho, por lo que entiendo que no estaría de más que cuando pisara suelo español sus padres tuvieran una conversación muy seria con él. Porque esos pequeños destrozos que va ocasionando en la vida de los demás tienen toda la pinta de convertirse en su tumba mediática y personal. El domingo charla con Emma García en ‘Viva la Vida’ y, aunque por teléfono llora mucho, no logra conmoverme. Demasiada impostura. Demasiada mentira acumulada. Me satura tanto que no me quedan ganas de ver luego la conexión en directo. Aprovecho para desconectar tomando el sol. Pero la curiosidad me puede. Lo veo por Skype narrando una infancia terrible y no me creo nada. Mucho lloro y pocas nueces.
Mátame Camión / Supervivientes 2020 o el bochorno generalizado en isla