Un casting impecable pero la audiencia no responde

En Telecinco están completamente desesperados ante el batacazo de ‘Secret Story 2’

No se explica muy bien el reglamento del concurso y los secretos son un tanto ridículos

En Telecinco están completamente desesperados ante el batacazo de 'Secret Story 2'

Mediaset no levanta cabeza. La audiencia no responde hagan lo que hagan.

El 13 de enero de 2022, se estrenó la segunda temporada de ‘Secret Story y la primera con anónimos. Un acierto absoluto como programa aunque la audiencia fue mediocre.

Que una gala de estreno de un reality haga un 14.5% de cuota de pantalla no vaticina nada bueno.

Y es una lástima ya que es un espectáculo bastante entretenido, de lo mejor que ha hecho Mediaset en bastante tiempo

Un buen programa

En realidad se trata del primer reality sin famosos desde ‘GH Revolution’ (un autentico fracaso de audiencia donde violaron a una concursante en directo), es decir, hace cinco años.

Era una apuesta arriesgada y casi suicida para Mediaset. Telecinco lleva meses de capa caída en audiencia y ‘Secret Story T1’ fue una decepción. Ya estábamos hartos de ver a los mismos personajes de siempre.

No había muchas esperanzas con una versión con anónimos de un concurso que quiere ser ‘GH’ pero que no puede. (De hecho, les da igual que se trate de otro formato, ni si quiera han explicado su funcionamiento)

Esta supuesta segunda edición de Secret Story (en realidad debería ser la primera y genuina) nos ha hecho recuperar el amor por la autenticidad del reality. Descubrir a personajes nuevos y atractivos, no a famosos de cuarta resabiados que llevan aprendido un papel.

Lo mejor del nuevo ‘Secret Story’

La primera gala fue una gozada. Hacía mucho que no disfrutábamos tanto de la telerrealidad como esa noche.

Primero: qué bueno es Carlos Sobera como presnetador. Tiene gracia, conoce el ritmo como nadie y para los anómimos es perfecto porque no es nada arrogante (no como Jorge Javier Vázquez).

Segundo: el guion de la gala, brutal. Cada concursante (o pareja) guardaba un reto o dilema moral maravilloso. Tenían que elegir entre entrar o una serie de cosas como dinero, opinión pública, familia o su propio bienestar frente al de sus desconocidos compañeros. Una maravilla.

Tercero: Lo mejor, sin duda, fue el casting. Qué obra de arte. Todos los concursantes parecen brutales. Es justo lo que necesitaba Mediaset: carne fresca. Mira a aquí a todos los concursantes.

Mis favoritos, de momento,: Rafa (aunque tiene ‘sorpresa’), Adrián y Cora (aunque a su hermano, en plató, no lo puedo soportar).

Cuarto: Votaciones gratuitas. Por fin. Ya basta de estafar a la gente. Esto va a provocar mayor participación y va a llamar a la audiencia.

Los problemas

Pero hay problemas en el paraíso. Esta nueva versión tiene un par de defectos gordos.

El primero es que les importa tan poco el formato que no explican cuáles son las reglas. No las supimos en la primera temporada y ahora tampoco las vamos a descubrir. En realidad, sospechamos, les importa tres pimientos. Quieren que sea un GH sin llamarse así. Que no nos engañen.

Descubrieron los ‘secretos’ (no a quién correspondían) y un poco de la dinámica, hacia el final de la gala. Mal hecho. Deberían haber empezado por ahí y haber repetido las normas cada cierto tiempo.

Los secretos, la mayoría, eran anécdotas. Pocos eran interesantes.

Segundo: Precisamente porque todos los concursantes guardan secretos, alguno ya se descubrieron la primera noche. Y todo porque con las redes sociales hay pocas cosas que uno pueda ocultar.

El ejemplo perfecto fue el de Rafa Martínez, un joven descarado que decía ser fontanero y que odiaba a Bertín Osborne pero que se descubrió, a los cinco minutos de aparecer, que en realidad es humorista y cómico. Era demasiado perfecto como concursante para ser real.

¿Por qué no ha triunfado?

Porque, aunque lo intenten, es siempre lo mismo. La audiencia ya está cansada. Es que no han cambiado ni la decoración de la casa. Nada.

Por favor, que inviertan un poco, que cambien. Ahora mismo, Mediaset se dirige directamente a un iceberg y el capitán no se da cuenta.

Este detalle nos hace pensar que, en realidad, este nuevo ‘Secret Story’ es todo lo contrario a un reality. Si los concursantes tienen que mentir, no hay rastro de la verdad que se exige en este tipo de espectáculos.

 

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Autor

Sergio Espí

Sergio Espí, guionista y crítico de televisión de Periodista Digital, responsable de la sección 3segundos.

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