Netflix España no da pie con bola. Este 2022 se está cubriendo de gloria con estrenos absolutamente desastrosos. El último, ‘First Class’, un docureality carente de interés tan pretencioso como incómodo de ver.
Los realities sobre mundos de lujo, fama y glamour siempre han tenido un enorme hueco en televisión. Productos en los que acercarse a universos exclusivos con personajes que admiramos u odiamos pero que siempre tienen cierto interés. Desde ‘Las Kardashian’ a ‘ The real housewives’, son auténticos culebrones que explotan (con ironía, humor y tramas muy bien creadas) el día a día de cierta élite.
El género ha ido degenerando últimamente con el capricho de algunos celebrities de tener su propia serie documental como el que se compra un coche exclusivo. Aquí ya todo se pervierte y asistimos a un producto hedonista, dedicado a blanquear al personaje en cuestión. Un coñazo, vamos ( aquí metemos a Georgina Rodríguez, Sergio Ramos, J Lo o Tamara Falcó).
El truco de un buen docureality sobre el lujo es, como siempre, el casting. Partimos de los prejuicios ante personajes que no tienen que ver con la mayoría pero ahí está la gracia. Poder odiar o amar a gente que, aunque sea muy estrambótica, puedes admirar o empatizar. Este es el problema de ‘First Class’.
Esta serie documental recién estrenada en Netflix, sigue a un grupo de amigos de Barcelona apasionados por la moda excesiva, las fiestas y los eventos exclusivos.
Aldo Comas, Àlex Agullo, Meilan Kao, Amanda Portillo, Àlex Agulló o Archie Manuel Alled-Martínez son algunos de los rostros que protagonizan este formato creado por la actriz y presentadora Marta Torné, quien un día asistió a una de estas fiestas tan ‘locas’ y pensó que ahí había material para una docuserie.
¿Cuál es el problema? Que no sólo ellos caen mal, es que no puedes admirarles por nada. Son las típicas personas de las que te avergüenzas en público, de las que tratan mal a los camareros. Es hacer un homenaje a los villanos de un culebrón pero sin atisbo de ironía o parodia.
Son una panda de odiosos sobreactuados que desprecian al resto de la humanidad por no vestir como ellos. Es imposible sacar un gramo de empatía de estos seres clasistas y mal educados. Darles estatus de estrellas es tan absurdo como ofensivo.
Es tan mala ‘First Class’, tan peligrosa, que no puedo dejar de temer por el devenir actual de Netflix España. Lleva una temporada tremenda (para mal). Los peores productos televisivos del 2022 son, en su mayoría, suyos (‘Érase una vez… (pero ya no)’, ‘Élite 5’, ‘Bienvenidos a Edén’…).
