Transversal

Pilar Aizpún Bobadilla

Suma y sigue

Especular sobre qué va a pasar con la moción de censura es un ejercicio inútil. Lo vamos a saber pronto. En cualquier caso, nada bueno. Si gana Sánchez y gobierna, por poco que gobierne, será un desastre. Si se queda Rajoy, será otro desastre. Y en todo este desastre, el único que sale ganando es el PNV, que tiene narices.
El día 2 de junio en Pamplona nos manifestamos contra uno de los grandes desastres de nuestra querida España: la política lingüística del nacionalismo. Una maldad que el Sistema permite en País Vasco y Cataluña, y que no se sabe a quién beneficia. Pues nada, vamos a ser un poquito anti sistemas. Vamos a reclamar algo que parece que a Europa ni le importa ni le interesa: los ciudadanos queremos que el Estado esté donde tiene que estar y nos defienda. Queremos legalidad. Y hasta ahora, esa Europa y ese sistema que tanto alaban los periodistas, en España lo único que ha hecho es favorecer a la ETA y a los nacionalistas.
Pero el problema actual de España refleja un desastre mayor. La cuestión es que el modelo político europeo está en crisis. No solo el español, sino todo el modelo europeo. Los partitocracia clásica se está hundiendo, y los ciudadanos andan como pollos sin cabeza intentando encontrar alternativas. Los Estados nacionales desaparecen, pero no se sabe en favor de quién. Así que la gente pide a gritos a sus respectivos Estados que vuelvan y hagan algo.
Una de las cosas que suceden en Europa es que no es una democracia ¿Alguien sabe quién manda en Europa? ¿Sirve el Parlamento Europeo para algo? ¿Decide algo? Europa no tiene autoridad moral para imponer nada a nadie, porque nadie ha votado a nadie. Los apaños europeos los organizan los diferentes grupos de poder que pululan por ahí. Pero el ciudadano medio europeo no entiende por qué vota a alguien, y ese alguien se tiene que someter a los dictados de otro alguien, al que nadie ha votado.
El señor Mattarella ha vetado el pacto de gobierno entre los dos partidos democráticamente elegidos por el pueblo, por una única razón: amenazan el sistema. La cuestión es que el rollo del populismo antisistema es como el de las fake news: una inmensa fake chorrada. Meter en el mismo saco a Trump, a la Lepen, al Brexit, a las presuntas extremas derechas europeas que nadie sabe qué son, al pobre Orban, a Podemos, al Movimiento Cinco Estrellas, a la Liga Norte y al sursum corda que no gusta a la prensa bien pensante, tiene este resultado: el personal va y les vota. Total, da igual, todos son lo mismo. El que es más o menos de izquierdas de toda la vida, vota al populismo que intuye como más de izquierdas, y los demás, al de derechas.
La gente quiere cargarse un sistema moribundo e ineficaz que no favorece a nadie más que a sí mismo.
Macron, que es un subproducto de Orden Mundial y del sistema, apoyado y lanzado por ellos, salió en Francia por una maniobra astuta y terrible contra el cándido Fillon. Con el 15% de los votos del censo total. Pero eso le valió una arrolladora mayoría parlamentaria. El sistema se cree que eso ha funcionado, y que renovándose con Riveras, Macrones y otras variedades, va a salir adelante. Pero no está tan claro.
De momento, la deriva italiana puede acabar en absoluto desastre. Y en España, Rajoy y Rivera, los muy amados del Orden Mundial y del Sistema, se pueden encontrar con que el loco Sánchez lo echa todo a perder. La operación ordenada de relevo del PP por Ciudadanos peligra.
¿Alguien me puede explicar por qué?

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Pilar Aizpún Bobadilla

Apasionada de Occidente, de la actualidad, de la política y de las ideas. Estoy muy agradecida a los que lucharon por dejarme a mí el mejor de los mundos, así que intento entender hacia dónde vamos y qué mundo les vamos a dejar a los que vienen después

Pilar Aizpún Bobadilla

Apasionada de Occidente, de la actualidad, de la política y de las ideas. Estoy muy agradecida a los que lucharon por dejarme a mí el mejor de los mundos, así que intento entender hacia dónde vamos y qué mundo les vamos a dejar a los que vienen después

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