Frades de la Sierra, cuna de la poesía

Por José María Arévalo

(Imagen actual de la casa-museo Gabriel y Galán en Frades de la Sierra, cuya última reforma se realizó en 2005 coincidiendo el centenario de la muerte del poeta.)

Castilla y León es tierra de poetas, muchos por nacimiento, como Gabriel y Galán, y otros porque la han cantado en buena parte de su obra, como Antonio Machado. El pasado 2 de mayo falleció a los 85 años el poeta zamorano Jesús Hilario Tundidor (22 de junio de 1935, Zamora), Premio Castilla y León de las Letras,  y sus restos mortales reposarán en el Panteón de los Ilustres del Cementerio Municipal de San Atilano.  Ha sido reconocido con numerosos premios, entre ellos el Premio Adonais de poesía y el Premio Castilla y León de las Letras, y tuvo siempre presente a Zamora y a Castilla en su obra y en su corazón.

Pero vamos ahora a centrarnos en el primero, José María Gabriel y Galán (Frades de la Sierra, Salamanca, 28 de junio de 1870 – Guijo de Granadilla, Cáceres, 6 de enero de 1905), del que La Gaceta Regional de Salamanca ha publicado estos días un buen reportaje de José Á. Montero centrado en su lugar de nacimiento, que explica cómo esta localidad, Frades de la Sierra,  muestra con orgullo y como reclamo cultural y turístico la remozada casa en la que nació el escritor.

En el centenario de Gabriel y Galán

Estuve yo en Frades en 1970, cuando se cumplía el centenario del nacimiento de Gabriel y Galán, y el director de la Gaceta Regional me mandó para que escribiera sobre el poeta salmantino. Ahora siento haber tirado, haciendo limpieza, los recortes de mis trabajos en el periódico, porque dedicó dos páginas completas al reportaje que escribí. De Frades recuerdo que relaté con detalle, porque me impresionó en la misa que se celebró un domingo en recuerdo de su nacimiento, ofrecida por su alma –era él buen católico-, la actuación del coro de mujeres del pueblo, con unos motetes antiquísimos, que me recordaron a los que cantan también las mujeres en Bercianos de Aliste (en Zamora) el viernes Santo antes que empiece la procesión de las famosas capas pardas.

En el pantano de Gabriel y Galán

(Casa Museo de Gabriel y Galán en Guijo de Granadilla)

Además de Frades, viajé hasta el embalse de Gabriel y Galán, situado en el norte de la provincia de Cáceres, que lleva el nombre del poeta desde que se construyó en 1961 porque la mayor parte de las tierras que se ocuparon pertenecíeron a la familia del poeta y él mismo se dedicó a administrarlas, viviendo buena parte de su vida en el pueblo próximo, Guijo de Granadilla que no ha sido inundado por el embalse. En esta localidad vivió y murió José María Gabriel y Galán y como dice Wikipedia, “el habla, los paisajes y la idiosincrasia popular de estas tierras extremeñas sirvieron de inspiración para la mayor parte de su poesía. El ayuntamiento de Guijo de Granadilla conserva la casa donde habitó el poeta, convertida en museo”. Supongo que esta fue la casa que me enseñaron, no sé si ya restaurada, de la que recuerdo tenía las paredes pintadas con pintura a mano –como lo que ahora se pone pero con papeles decorados en serie-  porque eran igualitas a las que tenía la casa de mi abuelo paterno en Carbonero el Mayor (Segovia).

Pero volvamos a Frades de la Sierra, que el artículo de La Gaceta Regional califica ahora de “cuna de la poesía”. Es una localidad salmantina dentro de la comarca de Guijuelo y la subcomarca de Entresierras (Alto Alagón), y pertenece al partido judicial de Béjar y a la denominación de origen Guijuelo. Posee 3 mataderos con tienda de carnicería y un centro de tratamiento y tienda de pieles, así como establecimientos de restauración y un museo del molino.

En la sierra de Salamanca

(Foto de Gabriel y Galán)

Gabriel y Gaslán nació en esta zona de la Sierra de Salamanca, en el seno de una familia de propietarios de las tierras de Frades, cuyo padre fue Narciso Gabriel y su madre Bernarda Galán; gran aficionada ésta a la poesía, insufló en sus cinco hijos la atracción por la composición lírica. José María pasa su infancia en su villa natal, donde asiste a la escuela, y a los quince años se traslada a Salamanca para cursar los tres primeros años de Magisterio en la Escuela Normal, época de la que datan sus primeros versos.

Obtenido el título de magisterio, se le destina a Guijuelo (1889-1892) y posteriormente a Piedrahíta (Ávila) (1892-1898). Su estado de ánimo –recoge Wikipedia-  es bajo (firma las cartas a sus amigos como El Solitario) y se define como un hombre de carácter melancólico, sensible y de profundas convicciones religiosas (recibidas de su madre), que ya se perciben en sus poemas. En 1893 tras conocer a su mujer, Desideria García Gascón (1874-1954),​ nacida en el seno de una familia de terratenientes, experimenta un cambio radical, que se acentúa a partir de su boda, el 26 de enero de 1898 en Plasencia.

En Extremadura, y el castúo

Abandona el magisterio y se traslada a Guijo de Granadilla en Cáceres, donde administra la dehesa El Tejar, uno de los latifundos que eran propiedad de la familia de su esposa. Allí encuentra el tiempo y sosiego para madurar su poesía alrededor del campo, las gentes, las monterías… Muchos manuscritos inéditos de esta época se recuperan gracias a la contribución de sus herederos y no son publicados hasta medio siglo después de su muerte.

Con el nacimiento de su primer hijo, Jesús, en 1898 compone El Cristu benditu, primera de sus famosas Extremeñas en las que el empleo de la lengua vernácula, «el castúo», aroma y vivifica la musa del poeta. Gabriel y Galán se inspira del «deje andaluz» de su admirado maestro Medina para comenzar a componer en este dialecto extremeño. El poema fue dado a conocer a Miguel de Unamuno, entonces catedrático de Lengua y Literatura Griega de la Universidad de Salamanca, por su hermano Baldomero Gabriel y Galán (1868-1926), abogado del Estado, columnista de prensa y aficionado a la poesía. Unamuno consideró muy positivamente la pieza y, en general, la obra de Gabriel y Galán sobre la base de lo que suponía de defensa y ejemplo del casticismo.

Su consagración como poeta arranca en 1901 cuando en los Juegos Florales celebrados en el Teatro Bretón de Salamanca fue galardonado con la flor natural por su composición El ama, inspirada por la reciente muerte de su madre.

El 31 de diciembre de 1904 al finalizar una jornada supervisando las labores del campo comenzó a encontrarse mal y, transcurrida una semana, el 6 de enero de 1905 falleció probablemente a consecuencia de una apendicitis aguda.​ El profundo arraigo del poeta en la población de su comarca se manifiesta en los testimonios de quienes presenciaron el duelo: «Pobres y ricos, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, todos, absolutamente todos, acudieron presurosos a la casa mortuoria para orar ante el cadáver por el eterno descanso de su alma y besar sus pies y manos. Las mujeres llorosas y los hombres entristecidos fueron besando los queridos restos».

En el momento de su muerte, en plena juventud y gloria, era uno de los poetas más leídos de España. Unamuno, en la primera evocación tras el óbito, dijo de su legado: «No ha pasado Galán por la tierra como callada sombra; deja cantos de consuelo para los pobres soñadores del sueño de la vida. En estos cantos nos queda el alma de su alma. Se la dio su pueblo y a su pueblo vuelve».13​ Dejó cuatro hijos: Jesús, Juan, Esteban y Mª Purificación, estos dos últimos fallecidos de modo prematuro.

La  modesta casa de los Gabriel y  Galán en Frades

(La casa conserva la cocina original en la que se crió Gabriel y Galán)

Volvemos al reportaje de José Á. Montero en la Gaceta Regional de Salamanca. “Hablar de Frades de  la Sierra implica –comienza su artículo-, necesariamente, referirse a  una de las grandes voces de la  poesía española de finales del  siglo XIX. Lugar de nacimiento  de José María Gabriel y Galán,  esta localidad, integrada en la  Ruta del Jamón Ibérico, ha conseguido poner su nombre no solo en el mapa de las rutas grastronómicas, sino también de los  grandes personajes de la literatura contemporánea. Cientos de  curiosos y estudiosos de la poesía se acercan cada año a esta  localidad para conocer de primera mano la casa en la que nació Gabriel y Galán, convertida  en un museo de acceso gratuito”.  Cuando yo visté Frades, en el centenario del nacimiento del poeta, no ví esta casa, que todavía no estaba restaurada,

“Lo que hoy en día –continúa- se muestra como el orgullo de esta  localidad, en el pasado fue todo un quebradero de cabeza para  los responsables municipales.  Deshabitada y maltrecha, la  modesta casa de los Gabriel y  Galán cayó en el más absoluto abandono y en un estado de ruina preocupante. Sin fondos y  sin recursos, el municipio solicita la ayuda del Ministerio de  Cultura, toda vez que el Estado  es el propietario del edificio, y en 1982 otorga una subvención  para iniciar la recuperación de este inmueble rural. A ella se suman otras instituciones y en  1985 abre sus puertas la Casa-Museo Gabriel y Galán. Y así se mantuvo en el tiempo, con pequeñas y puntuales actuaciones, hasta que en 2005, coincidiendo con el centenario de la  muerte del poeta local, el inmueble afronta un gran lavado de cara con una nueva iluminación interior y exterior, la incorporación de más muebles para sus salas y la exhibición del rico fondo bibliográfico, entre otras acciones. Unas mejoras que acomete la Diputación de  Salamanca, propietaria de la casa, aunque la gestión corre por cuenta del Ayuntamiento de Frades.

Hoy en día, la Casa-Museo Gabriel y Galán abre sus puertas de forma gratuita, aunque la  falta de presupuesto para contar con un trabajador hace que  las visitas sean a la carta.  “Siempre habrá una persona  del pueblo, ya sea el alguacil o yo, dispuesta a enseñar la casa a todo el que nos lo solicite”, señala Andrés Pablo, alcalde de Frades de la Sierra, quien reclama un poco más de ayuda para difundir el legado del poeta,  “pues incluso en Salamanca sigue siendo un gran desconocido”, apostilla.  Gabriel y Galán (1870-1905)  es uno de los autores más relevantes de la poesía española de finales del XIX, con una obra  que huye del modernismo dominante y apuesta por la defensa de la tradición, la familia y el dogma católico, pero también por la vida campesina, el pueblo  y la naturaleza.

(Dependencia de la casa dedicada a exponer y difundir la obra del poeta.)

La localidad, lugar de nacimiento del poeta José María Gabriel y Galán, muestra con orgullo y  como reclamo cultural y turístico la remozada casa en la que nació el escritor.

Y yo recuerdo ahora algunos de sus versos, que me enseñó mi madre, gran admiradora de Gbriel y Galán, como aquellos que decían –cito de memoria-: Vámonos al aire/ vámonos Francisco / que se está que da gloria / estos días de sol y de frío. / Y al rincón del hastial soleado / con tibiezas de sol invernizo / se van temblorosos los dos viejecitos / con el calendario, con el argadillo.

Es una pena que no recuerde, en cambio, ninguno de los que escribió en el dialecto extremeño, que son impresionantes, y de los que me sabía de memoria varios. Creo que uno de ellos se llamaba “El embargu”. La edad, que no perdona.

Se me ha ocurrido buscar en la red y lo he encontrado, así que no me resisto a reproducirlo, es cortito:

Señol jues, pasi usté más alanti / y que entrin tos esos, /

no le dé a usté ansia  / no le dé a usté mieo… / Si venís antiayel a afligila  / sos tumbo a la puerta. ¡Pero ya s’ha muerto! / ¡Embargal, embargal los avíos, / que aquí no hay dinero: / lo he gastao en comías pa ella  / y en boticas que no le sirvieron; / y eso que me quea, / porque no me dio tiempo a vendello, / ya me está sobrando, / ya me está gediendo! / Embargal esi sacho de pico, / y esas jocis clavás en el techo, / y esa segureja  / y ese cacho e liendro… / ¡Jerramientas, que no quedi una!  / ¿Ya pa qué las quiero?  / Si tuviá que ganalo pa ella, / ¡cualisquiá me quitaba a mí eso!  / Pero ya no quio vel esi sacho,  / ni esas jocis clavás en el techo, / ni esa segureja  / ni ese cacho e liendro…

¡Pero a vel, señol jues: cuidaíto  / si alguno de ésos  / es osao de tocali a esa cama  / ondi ella s’ha muerto:  / la camita ondi yo la he querío  / cuando dambos estábamos güenos;  la camita ondi yo la he cuidiau, / la camita ondi estuvo su cuerpo  / cuatro mesis vivo  / y una nochi  muerto!

¡Señol jues: que nenguno sea osao   / de tocali a esa cama ni un pelo, / porque aquí lo jinco  / delanti usté mesmo! / Lleváisoslo todu, / todu, menus eso,  / que esas mantas tienin   / suol de su cuerpo…   / ¡y me güelin, me güelin a ella  / ca ves que las güelo!…

Y según corrijo la transcripción de los versos, no puedo evitar que me caigan un par de lagrimones, no sé por qué, y no sé si a ustedes les pasará lo mismo. Gabriel y Galán, / ¡que gran poeta¡, / echo de menos  / oir recitar a mi madre  / sus versos.

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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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