(o “El próximo invierno, ¿ocaso de este Gobierno?”).
Ante la imposibilidad manifiesta de que los políticos que integran el Gobierno de este país, es decir, del Reino de España consigan hacer algo útil para combatir la crisis y disminuir el paro, para que la justicia no tenga dos varas de medir, para que los EREs sean legales y no fraudulentos, para que de una vez se arregle, ¡coño!, este tinglado –y no es que lo diga mi señoría por decirlo sino que por sus frutos lo están conociendo vuesarcedes – y asimismo detectándolo están la señora Merkel amén de monsieur Sarkosy, ambos inclusive, que le deben haber advertido al factótum (o ´casi totum´, porque no hay que perder de vista que al señor Rubalcaba le pertenece una cuota parte de poder); le deben haber advertido, decía, al señor Rodríguez, todavía Presidente no solo del Gobierno de España sino también del Consejo de ministras y ministros, ambos inclusive, de esta nación, discutida y discutible todo lo que se quiera, pero nación al fin y al cabo… Bueno, pues eso: que la cosa está como muy mal, y si a estos señores que llevan la sartén por el mango, y el mango también, se les va el cotarro de las manos, uno, aunque con gran disgusto pero consciente de su (o sea, de mi) enorme responsabilidad va a tener que empezar a considerar la idea de intervenir en la jugada para evitar que esto acabe o finalice siendo un cachondeo.
Ni que decir tiene que la eventual intervención de mi señoría comenzaría siendo virtual, como corresponde al medio mediante el cual me estoy dirigiendo a vuesarcedes, lo cual no quiere decir (porque si quisiera o quisiese decir algo, lo diría, que para eso estamos en una democracia que ya no se la salta ni un gitano) que si, transcurrido un periodo de tiempo prudencial no se hubiera o hubiese arreglado el asunto, uno no pueda recurrir a otros procedimientos más contundentes y con más fuerza convincente. Y ya se sabe que Vicente toma a veces medidas impredecibles que pueden rayar en la ilegalidad. Y eso no. Mi señoría quiere hacerlo todo con la Ley en la mano. Coge uno la Ley, bien con la izquierda o con la derecha, y actúa. Y aquí, por mal que se ponga la cosa, no va a haber ni EREs fraudu-lentos, ni fraudu-rápidos, como en ciertas Autonomías del suelo patrio, en las que dizque al socaire de los sindicatos mayoritarios, ambos inclusive, ha habido personas que, en naciendo, ya iniciaban sus tareas laborales con el fin de acumular antigüedad para un mayor robustecimiento de la indemnización correspondiente del ERE que pudiera o pudiese corresponderle a la tal persona citada ´ut supra´, como gusto de decir cuando hablo de temas jurídico-laborales, ambos inclusive.
En fin, lo dicho: que no me obliguen a intervenir como tal vez ya lo estén haciendo poderosas naciones de nuestro entorno, en la UE, porque hasta ahora sólo hemos tenido que introducir modificaciones en la Constitución, pero en el futuro cualquiera sabe… No obstante, uno puede asegurarle a vuesarcedes que por nada del mundo (e incluso por nada de «El País») va a tolerar que haya pérdida alguna de las mejoras y ´peoras´ sociales que logrado hemos en estas dos últimas legislaturas, ambas inclusive. Menudas mejoras…
Y mi señoría ha de concluir este panegírico, porque como siga escribiendo acerca de lo que podemos perder con el ocaso del gobierno que con tanta prodigalidad ha venido tratando a los suyos, entristeceríame en tan alto grado que las lágrimas se deslizarían por mis mejillas y esto acabaría siendo un papel mojado. ¿O no?
4-09-2011.
