(o “Déjate de vender juncia; contra la corrupción, denuncia”).
Al Comentario que hace un señor, que firma con el seudónimo de “galileo”, a la noticia de La Razón de hoy, de que “Rajoy comparecerá en el Congreso el 2 de julio para…” en el que ha escrito lo siguiente:
“Que aproveche la comparecencia para decirnos en dónde guarda el PP esa máquina de hacer billetes de 500 euros que les permiten pagar sueldos astronómicos y sobra para que sus tesoreros se hagan millonarios todos ellos y el presidente sr. Rajoy se embolse más de 200 millones de pesetas. Solo Bárcenas se ha llevado 47 millones de euros, que se sepa hasta el momento, que habrá más.
Esto del dinero del PP es como las caras de Belmez, que aparecen por arte de magia ellas solas” (sic),
mi señoría le ha comentado a su comentario, valga la redundancia, esto:
“Caballero: No me puedo creer eso de que el señor Rajoy se está embolsando más de 200 millones… Menos mal que son millones de pesetas, o sea, 1,2 millones de euros, que si no… De cualquier forma, si usted está seguro de eso, yo le recomiendo que vaya, pero deprisa, al juzgado de guardia más próximo al lugar en que se encuentre, y ponga la denuncia correspondiente. E insisto: deprisa, no vaya a ser que en el ínterin le vayan a denunciar a usted por encubridor, que en este país nunca se sabe… Ya ha visto usted lo que ha pasado con las fincas de la infanta doña Cristina, que ahora dizque es que se ha confundido Hacienda, porque le han tomado el número cambiado (sí, el del DNI. No sé si es que habrá 13 Documentos con el mismo número ó 13 números en el mismo Documento… ¡Yo qué sé! El caso es que menudo lío. Ya lo dijo el inventor de la Contabilidad: «Ubi non est ordo ibi est confusio». No se preocupe: yo se lo traduzco, que ya suponía que a usted igual le pilló lo de la LOGSE, y de latín, ¡nequaquam! Pues verá: la traducción es que «donde no hay orden, hay confusión». Pero ¡velahí! (o ¡velay!, que también se puede decir en español. ¿En catalán? Ah, no sé. Disculpe). En menudo follón que han metido a la susodicha princesa… Como si tuviera poco ella, ahora, con lo de su cónyuge… Debe haber pensado aquello de «éramos pocos y parió abuela». Es que ya está bien: un «lapsus linguae» de Hacienda y… Conque «lapsus numerorum«, ¿eh? Y creía yo que usted era de los de la LOGSE, y sabe más latín que yo…
Bueno, dejando a la «miembra«, que habría dicho una ministra del Gobierno del señor Rodríguez; dejando a la «miembra» de la Casa Real a un lado y siguiendo mi hoja de ruta (ahora se dice así, ¡qué se le va a hacer!), mire, señor Galileo, cuando uno tiene noticia cierta de que se comete un delito, hay que denunciarlo. Sí, porque quizá todo esto que dicen de que en España hay mucha corrupción y muchos chorizos (si eso es real, aunque yo no lo creo) acontece, ni más ni menos, porque quienes saben, como usted, de la existencia de elementos corruptos no los denuncian, para que la autoridad, sobre todo la autoridad jurídica, con la ley en la mano (eso sí, hay que llevarla siempre en la mano, porque hay gente que la lleva en el bolsillo, y no es eso); con la ley en la mano pueda erradicar la poca podredumbre que exista, que a mi, ya digo, no me parece tanta.
Que es cierto que hay algunos partidos políticos que tal vez no sean todo lo ejemplares que quisiéramos (o quisiésemos) que fueran (o fuesen) en la cosa de sus finanzas; que las dos centrales sindicales mayoritarias prefieren menos luz (por ahorrar energía) y menos taquígrafos (por disminuir gastos de personal), y de ello su fobia a un striptis económico al que se aspira con esas pretendidas y utópicas leyes de transparencia o luminosidad; que igual parece acontecerle a las asociaciones patronales que asimismo se muestran poco fotófilas para iluminar sus cuestiones económicas; que… ¡qué se yo!, cosillas de casi nada.
España va bien, por no decir muy bien y, con ligeros retoques en detalles sin importancia, podremos superar muy pronto, sin duda alguna, el auge y la prosperidad, el bienestar económico y social de todos los países de nuestro entorno y de casi todos de los de nuestro horizonte lejano. ¿Qué le parece, hermano?” (Fin de mi comentario).
Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho. ¿O no?
18-06-2013.
