(“Es que al final uno invita / a un ilustre periodista / a que acuda a nuestra cita / y nos dé una buena pista”. De “Mi ripioteca privada”).
En dos de estas chirigotas mías (“Me parece necesario que me manden comentarios” y “Hay que ver la pasta que se malgasta”-pueden ´pinchar´ si no las conocen-) solicitaba mi señoría la colaboración de lectores u oyentes, según el medio por el que vuesarcedes me aguanten; solicitaba, repito, que cada quien, conocido que hubieran las reflexiones que exponga en cada caso este modesto matusalén, me hiciesen el favor de comentarlas, porque mi señoría reconoce que, además de obsoleto, puede uno estar ´acarajotado´, dolencia ésta inherente a la senectud o vejez que uno padece.
Pues bien, cursadas las peticiones antes citadas, vuesarcedes no hicieron ni caso, por no decir ni puto caso porque sonaría peor. Hasta el extremo de que me estoy cuestionando si mi señoría debe seguir españoleando en estas tribunas o hacer mutis por el foro, es decir, chitón y ¡a la rue! Y a vuesarcedes que les desasne otro magister, que yo lo mejor que puedo hacer en esta situación es cumplir aquella máxima de “calla, que tu silencio es descanso para los demás”.
Es cierto que quizá sea conveniente que partiendo de este ´statu quo´ se sitúe uno en ese punto intermedio que hay entre el silencio absoluto y la verborrea habitual. Y que mi señoría se limite simple y llanamente a preguntar cosas que casi todos los ciudadanos queremos saber y casi nadie sabe, para que quienes las sepan me las cuentan y yo después haría de portavoz y se las serviría a vuesarcedes en bandeja para que pudiesen conocerlas.
Y en este sentido, hace poco, el día 14 de este mes, he leído un artículo del informador don Segundo Sanz acerca de lo que va a cobrar el líder de Más País, Íñigo Errejón, y he visto cómo el susodicho político percibirá sólo 107.600 € al año. La verdad es que por esa miseria no creía uno que hubiera nadie que quisiese currar, pero está visto que hay gente ´pa-to´. En fin, allá ellos. Lo que mi señoría pretende ahora es invitar a ese mismo periodista, es decir, al señor Sanz si es que él domina estos temas, que parece que sí; lo que pretendo, repito, es proponerle a ese comunicador que igual que nos ha informado acerca de lo que nos cuesta la excelente tarea que para España realiza ese magnífico político que es don Íñigo, que nos informe también de lo que estime que nos supone el gasto de mantenimiento de la Cámara baja, la alta y otra serie de chiringuitos que con tanto acierto está administrando nuestra Administración -valga la redundancia- que, como todo el mundo sabe, esto más que gasto es una inversión. ¡Qué duda cabe! ¿Que a qué me refiero con esa “otra serie de chiringuitos” que citado he ´ut supra´? Pues, por ejemplo, al gasto que genera el uso y abuso del falcón que utilice el Doctor Sánchez y otros miembros de su corte… No, nada de ´corte y confección´, porque estamos hablando de un asunto muy serio. Tanto es así que si el señor Sanz u otro comunicador investigara y diera a conocer las cifras de la pasta que se gasta en estas tonterías no hay duda de que tendría lectores a manta y nosotros, el colectivo nacional de contribuyentes imbéciles que aportamos nuestros óbolos para el buen funcionamiento de nuestras naciones sabríamos qué recursos se nos van en esa parte de la exquisita gobernanza / con que nuestros egregios políticos engordan su panza. ¿O no?
21-02-2020.
