Hoy vengo de víctima, ¡qué se le va a hacer! Pues es que al comprobar que este año tampoco me ha tocado la lotería, se me ha ocurrido hacer un balance de eventos que me han afectado últimamente y… Sí, que te cagas, como dicen ahora, con perdón. Pero si es que, dejando la lotería a un lado, hay tantas otras cosas por las que he de preocuparme… Cómo se las voy a contar a vuesarcedes, hombre. Pero si es que… Bueno, les voy a resumir la última. En el piso do habito o moro, que está en la tercera planta del edificio, hace como dos meses que aparecieron, en los tabiques del cuarto de baño, unas humedades que a mí, al principio, me preocuparon porque pensé en que aquello tal vez no se redujera a los tabiques propios sino que se podía extender a los del piso de abajo y la cosa podía ser seria. En la vivienda en cuestión, es decir, en al piso de abajo por lo visto ahora no vive nadie, así es que a mi, en primer lugar, se me ocurrió informar al portero de mi peripecia, con objeto de si se complicaban las cosas que mi señoría pudiese desviar a alguien si no toda, una parte de la responsabilidad del presunto perjuicio que se causara al propietario del citado piso. Mi aviso al portero indujo a éste a telefonear al propietario y éste vino rápido y comprobó que afortunadamente hasta el momento las humedades de mi piso no habían afectado al suyo. A pesar de ello quiso subir al mío y comprobar el incidente. Hasta ahí todo más o menos normal. Sin embargo, la cosa se complicó cuando mi señoría telefoneó a la compañía de seguros a la que yo tengo encomendada la seguridad del hogar, porque si bien ésta con cierta rapidez mandó a un señor para que reconociese el siniestro, una vez reconocido me manifestó que la humedad esa provenía de las grietas que existían entre los azulejos y que para que el seguro actuase, en primer lugar había que sellar esas grietas por mi cuenta porque eso no lo cubría mi póliza. Que luego, una vez que se secara, lo que sí cubría la póliza era la pintura.  Entonces le pregunté que a quién podía encomendarle lo del sellado de grietas y me dijo que por eso me iban a cobrar 250 o 260 € y que si yo quería, él podía hacérmelo por 150 €. Ni que decir tiene que, dada la diferencia de coste, yo le adjudiqué a él la tarea, sin saber siquiera qué era eso de sellar. Esto era un viernes y al día siguiente, sábado, se presentó el señor y selló las grietas. Le pagué los 150 €. A mi no me pareció aquello muy ortodoxo pero lo que sí fue muy caro porque al ver en qué consistía eso de sellar las grietas… Pues con una pasta, supongo que será un especie de cemento o algo así, se van rellenando las juntas de los azulejos y… Nada más.

Pero, ¿qué ocurre? Que han transcurrido ya dos meses desde que el joven de marras selló las grietas de los azulejos tabique del cuarto de baño y la humedad persiste. Así es que cuando los pintores del seguro, transcurrido un mes,  han pretendido pintar el tabique, no han podido hacerlo porque la humedad no había desaparecido aún. Y han comprobado que la tarea del sellado está mal hecha y hay que repetirla. Así es que tendré que volver a gastarme no ya 150 € sino 250 o 260 para que me sellen bien los azulejos. Este es el resumen de mi última peripecia que yo no quería contársela a vuesarcedes y que si contado se la he, ha sido porque han insistido en pedírmelo  Y ahora yo me quedo avergonzado por haberles difundido este tan desgraciado evento para mi, pero que a nadie más le interesa. ¿O no?

12-01-2021.