Vamos a entrar en faena. Hasta ahora mi señoría no ha hecho otra cosa que pedirles el voto a vuesarcedes para la Presidenta Díaz Ayuso, ora en prosa, ora en ripios etc. Pero una vez que las urnas dado le han el citado puesto a la susodicha, ha llegado el momento más desopilante del asunto: que uno va a pasar factura por haber contribuido a ese indiscutible triunfo que ha obtenido la señora Díaz, que consiste, ni más ni menos, en que una vez que ésta tome posesión de la Presidencia de la CAM proceda, sin prisas ni agobio de ninguna índole: proceda, repito, a efectuar el pago de la deuda que sin duda tiene con mi señoría. Y ella -no mi señoría sino la señoría de la señora Presidenta– ha de evaluar qué coste le van a suponer los servicios prestados por mí para que ella haya conseguido el cargo o mamandurria que logrado ha. Bien es cierto que mi señoría también tiene derecho a ponerle precio al asunto y así es como hemos de llegar al precio justo del tema en cuestión. Y establecido éste, la señora Díaz Ayuso va y se lo paga a mi señoría sin prisas y sin agobio de ningún tipo, y asunto concluido diría yo. Pero claro: eso es lo que diría yo, pero, ¿qué dice Hacienda? Pues que esa remuneración mi señoría ha de declararla como un ingreso cuando al año que viene tenga que enfrentarse uno al IRPF porque al fin y al cabo de cosillas como ésta son de las que vive la Administración. Pero claro, ante lo que diga Hacienda ha de estar lo que diga mi señoría y es que no está de acuerdo. Y no estoy de acuerdo ni con lo que dice Hacienda ni con lo que pueda haber dicho también mi señoría en un magistral artículo que publiqué yo mismo tiempo ha, que titulé “Subir los impuestos es justo, equitativo y saludable” y que si vuesarcedes no lo conocen aun pueden verlo ahora sin más que pinchar en el título.
¿Leído lo han? ¿Y han captado todo el meollo de la cuestión? ¿Se han hecho cargo de todo lo que ahí se dice? ¿Y han leído también los links que se citan en él?
Para evitar todos estos follones, mi señoría le va a proponer a la Presidenta Díaz Ayuso que en lugar de darme dinero me dé, por ejemplo, una Conserjería. Vamos a ver. Ella ha venido gobernando, si no me equivoco, con trece Consejerías, siete de las cuales estaban en manos de miembros del PP y seis a cargo de Ciudadanos. Tengo entendido que la señora Díaz va a reducir el número de Consejeros del nuevo gobierno porque quiere ahorrar. Bien. Entonces, como seis de los que han venido actuando como Consejeros eran de Ciudadanos y este partido parece que no ha obtenido ni el mínimo de votos que necesitaba para haber podido acceder a participar en el Gobierno de la Autonomía de Madrid (CAM) resulta que, si prescinde de las personas de este colectivo, la señora Ayuso ya puede disponer de seis ´sedes vacantes´ y una de ellas asignársela a mi señoría. ¿Eh? ¿Qué tal? No, si ella (y ahora me refiero a mi señoría) va a molestar poco, porque tratándose de un anciano tan eso (en efecto, tan anciano) quién le dice a los madrileños que uno vaya a poder no trabajar -bueno, cobrar mientras ejerza, sí, por supuesto- ni casi lo que resta de legislatura… Está claro, pues, que dada mi ´matusalénica´ edad no seré mucha carga ni para la Administración Autonómica ni para nadie, así es que investirme de Consejero a mí en un puesto de esos seis que vacan… Y todavía le quedan cuatro de margen, por si quiere hacer una especie de ERE, o sea, un expediente de regulación de empleo.
Piénseselo, doña Isabel. Es que así es mejor, porque si su señoría le da a mi señoría unos cuantos millones de euros como compensación a las tareas por uno desarrolladas va a intervenir luego en la jugada esa señora, miembro ella (o ´miembra´) del Consejo de Ministras, Ministros y Ministres que además es la que ´portavocea´ ahora al Gobierno del Doctor don Pedro Sánchez y es que ella me pone de los nervios, no sé si porque a mí me da la sensación de que ella al comunicarnos a los españoles lo que se puede hacer y lo que no, también está ´al borde de un ataque de nervios´ y eso puede desasosegarme mucho. ¿O no?
10-05-2021.
